Diputación no descarta solicitar la declaración de zona catastrófica

Ana Agustín
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Desde las 14,30 horas del pasado sábado y hasta las 16,39, aproximadamente, las nubes descargaron nada menos que 180 litros por metro cuadrado de agua y granizo en Muñogalindo y Santa María del Arroyo

Las localidades de Muñogalindo y Santa María del Arroyo, las más afectadas por la tromba de agua y granizo que causó importante destrozos en los municipios citados del Valle Amblés, van recuperando poco a poco la normalidad, tras una jornada dramática, la vivida el pasado sábado a partir del mediodía.

Las tareas de limpieza eran constantes en ambas localidades, aunque la intensa lluvia causó daños en otros pueblos de la zona como Padiernos, que también sufrió daños por el aguacero. Y es que, tal y como relataba a esta redacción el alcalde de Santa María del Arroyo, Rubén Rodríguez, en a penas dos horas cayeron en la zona 180 litros por metro cuadrado de agua y granizo, con una virulencia tal que desbordó los arroyos, hizo bajar las aguas del monte con una fuerza inusual y ocasionó una riada que arrasó la parte baja de ambos pueblos. Se trataba de una situación no vivida en 50 años y este domingo, la actividad de la mañana consistía para los vecinos de Muñogalindo y Santa María del Arroyo en limpiar de lodo y barro sus viviendas, sus enseres, sus garajes, sus vehículos, sus calles... Con botas de agua hasta las rodillas y manos embarradas se hallaban cuando Diario de Ávila se acercó hasta estas poblaciones para conocer cómo estaban viviendo el día después de la gran inundación. Pero no estaban solos en este empeño de retornar a su pueblo a la normalidad.   

La Diputación Provincial había puesto a disposición de los municipios afectados por la riada un total de 16 operarios y material pesado, en concreto dos palas, una niveladora, dos retroexcavadoras, una pala telescópica, una barredora minicargadora, tres camiones y dos góndolas. A estos medios se sumaron miembros de Protección Civil.

Desde las siete de la mañana de este domingo, tal y como reconocía el capataz de uno de los equipos de operarios que trabajaban en Muñogalindo, se encontraban realizando trabajos de limpieza con maquinaria pesada y a mano. Este dispositivo fue supervisado desde primeras horas de la mañana y en primera persona por el presidente de la Diputación, Jesús Manuel Sánchez Cabrera que, acompañado por varios diputados de la Corporación provincial recorrió las calles embarradas de Muñogalindo y mantuvo un contacto constante con los alcaldes de los municipios afectados.  

El equipo humano y material puesto a disposición por la Institución Provincial se está centrando en la limpieza de puentes, cauces, calles y caminos, con el objetivo de restablecer la normalidad en los municipios más dañados por el agua y con el fin de  estar prevenidos ante posibles lluvias posteriores. Por esta razón, la limpieza de los arroyos, completamente embarrados y llenos de arena, ha sido una prioridad aunque el presidente de la Diputación ha relatado a esta redacción que «nos pondremos en contacto con la Confederación Hidrográfica del Duero para que mantengan limpios los cauces de los arroyos de los pueblos. Si es necesario, intentaremos firmar un convenio con este organismo para tal fin».

Visiblemente afectado por los acontecimientos, Sánchez Cabrera, reconocer sentirse aliviado al no haber contabilizado ningún daño para las personas.«Tan sólo una mujer mayor de Muñogalindo hubo de ser atendida por el servicio de Emergencia Sanitarias 112 de Castilla y León por un ataque de ansiedad al no poder salir de su vivienda», relataba.

Este mismo lunes, los técnicos de la Diputación se desplazarán hasta los municipios más afectados por las inundaciones para realizar un informe de estimación de daños. Con él en la mano, el presidente de la Diputación tomará las medidas que sean necesaria para ayudar a estos pueblos a restablecer la normalidad «porque han sido muy cuantiosos los daños y los ayuntamientos son pequeños y no pueden afrontarlo solos». No descarta, si la valoración de daños fuera muy importante, solicitar la declaración de zona catastrófica «y solicitar la ayuda de otras administraciones».

Mientras Muñogalindo se recuperaba del susto, en Santa María del Arroyo hacían lo propio. El alcalde, subido en un todoterreno inspeccionaba las calles y caminos y se disponía a desplazarse a Salobral para recoger agua potable para los vecinos de la localidad. La riada propició que entrara lodo en el depósito de agua potable por lo que hubo de  hubo de tomar la decisión de cortar el suministro. Este lunes, una empresa contratada por el Consistorio acudirá al pueblo para realizar las tareas de limpieza del depósito. «Pensamos que a mediodía podremos volver a tener agua potable en la red de abastecimiento», añadía.