«Los exiliados en México no podían discernir qué eran más, si mexicanos o españoles»

David Casillas
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Pedro Tomé ofreció ayer una conferencia sobre cómo fue la vida de los republicanos que llegaron hace 75 años a aquel país hispanoamericano

Pedro Tomé, en su conferencia. - Foto: Antonio Bartolomé

El antropólogo Pedro Tomé, un experto conocedor de la sociedad mexicana, ofreció ayer una conferencia en la que habló del exilio republicano español en el México, un episodio histórico derivado de la Guerra Civil española que llevó hasta aquel país a muchos miles de contrarios a la dictadura franquista.

En su charla, organizada por el Foro por la Memoria, Pedro Tomé se centró en «lo que los propios exiliados, la mayoría de ellos ya fallecidos y algunos todavía vivos pero muy mayores, o sus hijos me han contado de cómo fue su vida en México, qué país se encontraron, en qué medida pudieron integrarse y cómo poco a poco fueron rehaciendo allí su vida, siempre con la idea de que era una estancia temporal pero que fue dilatándose en el tiempo», además de hablar de «qué han aportado ellos a la República de los Estados Unidos Mexicanos, cómo se sienten allí y qué percepción hay ahora mismo en México de los republicanos españoles».

De los alrededor de 25.000 exiliados españoles que llegaron a México, aunque en algunos momentos llegó a haber hasta 40.000 con muchos en tránsito, «prácticamente se quedaron todos»; y aunque «hubo un intento bastante grande de volver tras la muerte de Franco, muchos lo hicieron pero no fueron capaces de adaptarse a España y se tuvieron que volver a México, de forma que en aquel momento seguían viviendo allí casi 20.000 republicanos españoles».

Los exiliados españoles en México, afirmó Tomé, «llegaron a sentirse mexicanos y españoles y no podían discernir qué eran más, si mexicanos o españoles, e incluso los que aún viven se siguen sintiendo totalmente españoles pero culturalmente son mexicanos porque han hecho toda su vida allí, y la España en la que nosotros vivimos les queda muy lejos y no la entienden».

Sobre el trato que recibieron a su llegada a México, Pedro Tomé afirmó que «desde las instancias oficiales se les recibió muy bien, pero también es verdad que las fuerzas más conservadoras vieron con recelo la llegada de 30.000 rojos de una tacada, era gente ‘peligrosa y mal vista’, y sobre todo en algunos grupos de derechas empezaron a relatar proclamas xenófobas del tipo ‘Vienen los españoles y nos van a quitar el trabajo’». Pero, añadió, «también es verdad que a los tres o cuatro años esas suspicacias se habían olvidado y mientras no se metieron en política nacional fueron muy bien tratados», con el apoyo añadido de que «el gobierno mexicano les ofreció la nacionalidad, y para ellos, que en aquellos momentos eran prácticamente apátridas, significaba tener un derecho al que acogerse y una protección jurídica fueran donde fueran».

La conferencia se complementó con un documental realizado por Bruno Coca, trabajo que se centró en la aventura que vivieron los exiliados hasta llegar a México.