La Real Academia de la Historia y el Gobierno de España pusieron punto final en julio de 1955 al ruidoso incidente causado por el padre Efrén de la Madre de Dios al publicar una biografía de Santa Teresa de Jesús en la que rechazaba que hubiera nacido en la ciudad de Ávila, ignorando infinidad de testimonios escritos en la época de la Santa abulense y posteriores. La hipótesis del padre Efrén no fue aceptada en modo alguno por los historiadores españoles al considerar que no se apoyaba en pruebas documentales, las cuales sí aportaría profusamente el académico Ferreol Hernández, chantre de la Catedral de Ávila, en su obra ‘Santa Teresa de Ávila: Estudio documentado sobre su nacimiento en la ciudad de Ávila’. El extenso dictamen de la Real Academia de la Historia fue remitido al Cabildo Catedral abulense el 9 de julio de 1955, respondiendo de ese modo al encargo efectuado en tal sentido por el Ministerio de la Gobernación a instancias del Ayuntamiento de Ávila.
 

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