A  sus cuatro años, Sergio acaba de salir de clase y está dando buena cuenta del plato de espirales con tomate que tiene ante sus ojos en el recién estrenado comedor de su colegio, el Centro de Educación Infantil La Encarnación. Hasta el curso pasado, tanto él como los demás alumnos que tenían que quedarse a comer en el ‘cole’ eran trasladados cada día en autobús hasta El Pradillo para que comieran allí porque su colegio no disponía de comedor, un servicio que, finalmente, ha sido incorporado después de que la Consejería de Educación invirtiera 23.631 euros en los trabajos de reforma de la instalaciones y en la adquisición del equipamiento. Fue el propio centro el que solicitó la implantación de un comedor escolar tras detectar esa demanda entre las familias, explica Sonia Nieto, directora del Centro de Educación Infantil La Encarnación. «Nuestros alumnos tienen tres, cuatro y cinco años, son niños pequeños a los que se trasladaba a diario a un colegio mucho más grande  y desconocido para ellos a la hora de la comida, así que para muchos padres la carencia de comedor era una razón que pesaba a la hora de matricular aquí a sus hijos, para muchos era un inconveniente», revela Nieto.

Las cifras de  alumnos que utilizan el nuevo comedor son la prueba más evidente de la necesidad del servicio: tiene treinta comensales habituales y doce esporádicos, lo que signfica que uno de cada cuatro alumnos del centro lo  utiliza. El propio Sergio nos cuenta que le gusta más este comedor que el del colegio público El Pradillo porque «está en mi ‘cole’ y aquí como con mis amigos», explica el pequeño. «Aquí los niños están en su ambiente, tanto ellos como las familias están contentos con el nuevo servicio», abunda la responsable del centro.

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