Los deberes escolares despiertan controversia

Mayte Rodríguez
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Este diario profundiza en las distintas opiniones a cerca de las tareas para casa

El inicio del curso y la vuelta de las obligaciones escolares ha propiciado un debate cuyos ecos resuenan cada cierto tiempo -los deberes que los niños tienen que hacer en casa- pero que,  en esta ocasión, ha tomado cuerpo en forma de campaña pública y notoria contra las tareas escolares lanzada, además, por el maestro abulense Julio Collado, que a través de la plataforma change.org pide apoyos para que los deberes sean eliminados por ley.  Su petición, que este viernes al mediodía sumaba  cerca de ochenta firmas después de tres días activa, ha puesto el foco sobre un asunto controvertido en el que este diario ha querido profundizar para conocer la opinión de diferentes agentes, bien porque estén directamente afectados -padres y profesores-, bien porque sean especialistas en Pedagogía.

El argumento esgrimido por Julio Collado para posicionarse en contra de las tareas escolares en casa es que «provocan un sufrimiento inútil para la formación de los niños» y van en contra de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia, robándoles tiempo de ocio, provocando enfrentamientos entre los padres y los hijos y potencian el rechazo de los niños hacia la escuela.

Los testimonios recabados por esta Redacción, sin embargo, no comparten las apreciaciones de Collado, al menos no con tanta rotundidad. Eso sí, unos y otros coinciden en un elemento fundamental: el tiempo que el niño dedica a las tareas no debe ser excesivo. Solo si los deberes le impiden dedicar tiempo al «juego libre, al que no está programado por los padres como son las actividades extraescolares» estarán resultando contraproducentes, afirma Teresa Luján, maestra y presidenta de la Junta de Personal Docente no Universitario de Ávila, que este curso imparte clase a alumnos de segundo curso de Primaria.

Como docente, ella deja claro que las tareas que los alumnos tienen que realizar en casa son fundamentales  porque, entre otras razones, «la educación del niño no acaba cuando sale de la escuela,   continúa en casa y los deberes son el enlace entre el colegio y la familia, lo cual no significa que los padres tengan que hacer las tareas, pero sí estar pendientes de sus hijos, de las dudas que puedan tener mientras hacen los deberes y ayudarles a resolverlas, pero también de los conocimientos que van adquiriendo en el aula, interesarse por lo que sus hijos aprenden y que el niño sienta ese respaldo  y motivado», explica Luján.

En términos similares se expresa Ana Iglesias, maestra de futuros maestros porque es profesora de la Escuela de Educación de la Universidad de Salamanca en Ávila, centro en el que, además, imparte la materia de Didáctica General. Para ella, «las tareas escolares aportan al niño la posibilidad de asimilar en mayor medida los conocimientos adquiridos en el aula y en el centro, así como un hábito de trabajo y de organización del tiempo», revela.  También Teresa Luján incide en este aspecto: «Los deberes contribuyen a que el niño adquiera hábitos y aprenda a ser autónomo», de ahí la necesidad de que lleve a cabo esas tareas «en su sitio, en su mesa» y él poco a poco asuma ese espacio como propio.

 Los deberes son una obligación del niño, pero también lo son de los padres y madres, cuyo papel es  fundamental precisamente para que sus hijos se sepan apoyados en esa tarea y sienta a su familia partícipe en su educación, tal como ha dejado claro Teresa Luján. Sin embargo, en muchos casos esas tareas resultan incompatibles con los horarios de trabajo de los padres y acaban convirtiéndose en una pesadilla doméstica.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Ávila (Fampa), Jesús Guil, afirma que últimamente viene detectándose «un exceso» de tareas para casa. «Hay niños a los que se les sobrecarga de deberes y ellos tienen que jugar también», destaca. Pese a que admite la dificultad de lograrlo, propone a los docentes «buscar la medida, el equilibrio» entre las obligaciones que los niños tienen que acometer en casa y el recomendable tiempo libre.

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