San Blas invita a la fiesta

Eduardo Cantalapiedra
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Los actos religiosos protagonizaron el día del santo en localidades del Valle del Tiétar como La Adrada, Candeleda o Lanzahíta • Los zarramaches volvieron a salir por las calles de Casavieja para el disfrute de los más pequeños

Varios municipios del Valle del Tiétar celebraron este miércoles a festividad deSan Blas con actos religiosos cargados de tradición. Es el caso, por ejemplo, de La Adrada, donde ya a primera hora del día arrancaban los actos con la diana floreada amenizada por la Banda de Música ‘Villa de La Adrada’ por las calles del municipio. La misa solemne dio paso después a la procesión, en la que el patrón estuvo arropado por cientos de personas en su recorrido por las calles más céntricas, tras la cual tuvo lugar la invitación por parte del Ayuntamiento a unos bollos y limonada. La jornada se cerró con baile, amenizado por la orquesta Kronos.

También en Candeleda hubo día festivo en honor a San Blas, con misa en la parroquia y procesión hasta la ermita de La Cañada, donde cumpliendo con la tradición, se procedió a la subasta de banzos y a la entrega de las cuerdas del santo, además de degustarse las típicas rosquillas. La música de las dulzainas y el tamboril del grupo Resiste de Hoyocasero acompañó los actos de este día.

En Lanzahíta se celebró la misa y la procesión con la imagen del santo por la mañana, y ya por la tarde, una actuación del grupo de coros y danzas ‘La Abantera’ en la plaza, donde se repartieron las rosquillas de San Blas, y baile popular en la carpa, con Donato  y sus muchachos.

Zarramaches en Casavieja. También por San Blas volvieron los Zarramaches que desde tiempos inmemoriales protagonizan en Casavieja una de las tradiciones más singulares de esta provincia, cuyo origen no es del todo conocido, pero está relacionado con la bajada de los pastores.

Hoy en día son los quintos de cada año los que protagonizan esta divertida celebración en la que los niños y niñas del municipio ríen y corren por las calles para huir de estos curiosos personajes, ataviados con ropa blanca, sombrero cónico con cintas de colores, un felpudo de esparto y un cinturón con cencerros que avisan de su llegada.

Este martes, de nuevo el sonido de esos cencerros volvió a sonar por las calles de Casavieja, y los tres Zarramaches respondieron a los lanzamientos de naranjas por parte de los niños y jóvenes persiguiéndoles por las empinadas calles del municipio para intentar ‘golpearles’ con sus varas.

Mucha diversión y risas entre grandes y pequeños en una jornada en la que no faltaron tampoco los actos religiosos en honor a San Blas.