En su primer discurso ante un foro que reúne a la élite política y económica mundial, el jefe de Estado no ha evitado hablar de la "reciente crisis" en Cataluña, a la que se ha referido como "un intento de minar las reglas básicas" del sistema democrático español. Además, ha aprovechado para dejar claro que Cataluña es "verdaderamente una parte fundamental del alma de España" y de su "identidad diversa". El Rey ha defendido que esta crisis deja una lección importante no solo para España, sino para todas las democracias, y es "la necesidad de preservar el imperio de la ley como una piedra angular precisamente de la democracia y de respetar el pluralismo político y el principio básico de la soberanía nacional que, de hecho, pertenece a todos los ciudadanos". Así, ha destacado que los desacuerdos y disputas políticas "deben resolverse de acuerdo con las reglas democráticas" y con los valores establecidos en la Constitución y en las normas democráticas.