El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, fue el encargado este lunes de dar el pistoletazo de salida oficial a la inauguración del curso en la Escuela Nacional de Policía. Lo hizo especialmente «honrado» en una semana más que meritoria por las dos operaciones policiales llevadas a cabo precisamente por la Policía y que han permitido por un lado, en una «brillantísima» operación, la detención del presunto pederasta de Ciudad Lineal y  por otro, la explotación de la operación  llevada a cabo en Melilla para desarticular una célula yihadista. En su discurso afirmó sentirse «como todos los aquí presentes, orgulloso de vosotros» refiriéndose al auditorio.

Se dirigió especialmente a los nuevos alumnos, a los 169 de la Escala Básica, a los 50, de la Ejecutiva y a los 150 de la Ejecutiva que emprenden su segundo año de formación. A todos ellos les pidió que aprovecharan el momento y especialmente que: «No nos quedemos atrás para mantener la eficacia, que evolucionemos tan rápido como lo hace la sociedad y también la criminalidad». Fue una invitación formal también a la cooperación internacional para poder luchar globalmente porque «cada vez más compartimos riesgos y amenazas» y por supuesto a la colaboración con otras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y con las distintas policías locales y autonómicas, así como con jueces y fiscales en aras a ser lo que están llamados a ser los policías, «los garantes de los derechos de los ciudadanos».

Tanto el titular de la cartera de Interior como previamente lo hizo su homólogo en Educación las intervenciones se movieron sobre un mismo hilo conductor: el de la Policía como una de las instituciones más valoradas por el ciudadano en España -igual que la Guardia Civil y el Ejército, y que además siempre repiten en los puestos de cabeza– por su «legitimidad, su credibilidad y su cercanía», lo que hacen a la institución ser capaz de atraer cada año a miles de ciudadanos para poder formarse en la Escuela Nacional de Policía de Ávila. Sobre este punto incidieron ambos como también lo hicieron en que se lleve la especialización de los alumnos hacia las nuevas tecnologías y en esa formación para la cooperación. Formación que ya se está dando con la Cepol, la Europol, Mediopol, Frontex, la Escuela Iberoamericana –cuya sede está precisamente en la Escuela Nacional de Policía de Ávila–, pero que invitaba a que fuera mucho más allá.

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