Jóvenes, con proyección y, últimamente, con un carné recién 'caducado' que recuerda su salto desde los juveniles del Colegios Diocesanos –también desde la Zona Norte o Real Ávila– y su paso por la Nacional Juvenil o la División de Honor. Es la seña de identidad estos últimos años de los refuerzos de la Cultural Deportiva Cebrereña, cuyo vestuario, como en las matemáticas, tiene un mínimo común múltiplo, la cantera abulense. Siempre confió el proyecto de Cebreros en el jugador local. Las necesidades económicas obligaban a ello. Pero desde la llegada de Pepe García, hace ocho años, la apuesta se hizo más clara y firme hasta confirmar que es posible armar un proyecto en Tercera División con jugadores de la casa, de la provincia, de Ávila. Así ha sido y así seguirá siendo.