Syriza coge el timón de Grecia

Agencias
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La coalición vencedora en las urnas se alía con el partido Griegos Independientes, una formación de derechas que convierte a Tsipras en primer ministro

ALEXIS TSIPRAS JURA COMO NUEVO PRIMER MINISTRO DE GRECIA - Foto: YANNIS KOLESIDIS

Apenas un café y media hora de reunión sirvieron ayer para llegar a un pacto sobre la gobernabilidad en Grecia. Alexis Tsipras, líder de Syriza, formará equipo de Gobierno con su enemigo histórico, la coalición de derechas Griegos Independientes (ANEL), con los que, por el momento, han coincidido solo en rechazo a la austeridad impuesta al país a cambio del rescate a su maltrecha economía.

Paso a paso, pero con agilidad, en poco más de 12 horas Tsipras ganaba unas elecciones impensables hace pocos años, cerraba la gobernabilidad del país, para la que necesitaba tan solo los dos escaños que separaban a la formación que lidera de la mayoría absoluta y estampaba su rúbrica como flamante primer ministro con el beneplácito del presidente de la República, Carolos Papulias. Y lo hizo rompiendo el protocolo. Sin corbata y jurando su cargo ante la Constitución, no ante la Biblia, convirtiéndose en el jefe de Gobierno más joven de la historia del país y el primero que elige el compromiso civil, un paso que atestigua que empieza una época de cambios.

Tsipras, a quien algunos llaman el Che Guevara griego, irrumpió en la escena política hace cinco años montado en su moto en vez de en el asiento de atrás de un coche de alta gama, como la mayoría de los políticos griegos. Es famoso además por sus frases desafiantes como que la canciller alemana, Angela Merkel, estaba llevando a todos «directamente al infierno».

Pero, a controlar las facciones que hay en su partido, se une ahora el reto de coordinarse con su socio de Gobierno en lo que se ha denominado como la extraña pareja. La alianza entre Syriza y ANEL es fuerte en la lucha contra los acreedores externos, pero ignora conscientemente muchas brechas ideológicas.

Durante la campaña electoral, Tsipras había asegurado que no cerraría alianzas con nadie. Pero el resultado no le dejaba muchas opciones. Sus duros ataques contra los dos partidos tradicionales griegos, los conservadores y los socialdemócratas, los excluían como posibles socios. En sus discursos los había calificado de lacayos de los acreedores internacionales que habían provocado el empobrecimiento de Grecia. Y en el otro lado del espectro político Syriza tampoco tiene amigos. Los comunistas de línea dura del KKE le negaron apoyo incluso, pues para ellos Tsipras no es más que otro representante del sistema capitalista.

Diferencia de ideas. La otra parte del matrimonio contra natura que desde hoy gobierna en Atenas, son una escisión del partido conservador Nea Dimokratia y está liderado por Panos Kammenos, quien asegura que ve al país «ocupado» por los acreedores y cree que Grecia debe ser «liberada» y no pagar sus deudas.

En la campaña electoral los Griegos Independientes lanzaron mensajes nacionalistas y pidieron, entre otras cosas, la expulsión de los inmigrantes que se encuentran ilegalmente en el país, algo totalmente contradictorio con la ideología de Syriza. Ahora tendrán que acordar remar en igual dirección.