Un madrigaleño en boca del Papa

Mayte Rodríguez
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Vasco de Quiroga cobra actualidad después de que el pontífice glosara este martes su figura durante la homilía que pronunció en la ciudad mexicana de Morelia

Nació en 1.470 en la calle Cantarranas de Madrigal de las Altas Torres y allí estarán para siempre sus raíces, pero la plena identificación de Vasco de Quiroga  con la causa de los indígenas mexicanos acabó partiendo su corazón, en el que convivieron los afectos de su infancia madrigaleña con los que le prodigó el pueblo sometido y misérrimo que encontró en México, al que dedicó su vida.

Cuando en 1.531 llegó a a esas tierras como administrador colonial después de haber estudiado leyes en Valladolid, a Vasco de Quiroga le impresionó el régimen de esclavitud al que estaban sometidos los indios, «vendidos, vejados y vagabundos por los mercados, recogiendo las arrebañaduras tiradas por los suelos», según dejó escrito. Estas mismas palabras fueron pronunciadas por el Papa Francisco este martes durante la homilía que pronunció en la ciudad mexicana de Morelia, en la que glosó la figura de «este evangelizador» al que describió como «el español que se hizo indio».  

El recuerdo que el pontífice tuvo para la figura de este madrigaleño sitúa a Vasco de Quiroga de plena actualidad, aunque en México su mayúscula aportación nunca ha dejado de estar  presente porque los indígenas  pronto vieron en él al hombre bueno y justo que les devolvió la dignidad y  esa idea caló en la conciencia colectiva mexicana y fue transmitida de generación en generación.

De hecho,   la Universidad Michoacana San Nicolás Hidalgo tiene el empeño de «mantener viva la memoria de Vasco de Quiroga» y de que, además, «ésta pueda ser compartida por españoles y mexicanos»,   de ahí que con frecuencia dedique seminarios y actos académicos a su figura, explica Pedro Tomé, antropólogo del CSIC especialista en México que recientemente se reunió  con dos catedráticos de aquel país que recalaron en Madrigal de las Altas Torres para invitar a su alcaldesa, Ana Zurdo, al II Coloquio Internacional ‘La Herencia Humanista de Don Vasco de Quiroga en Michoacán, la Universidad Michoacana su Magna Obra’, que se celebrará en   marzo. El año pasado ya se celebró un simposio en torno al Tata Vasco al que también acudió el anterior regidor madrigaleño, Rufino Rodríguez. No en vano, el vínculo entre Madrigal de las Altas Torres y México, articulado a través de la citada universidad y del propio Estado de Michoacán, es estrecho y viene de mucho tiempo atrás. Prueba de ello es que el único busto de Vasco de Quiroga en la villa es un obsequio realizado a Madrigal en el año 1970 por el Estado mexicano.

Cabe recordar también  que en el año 2005 el entonces embajador de México en España, Gabriel Jiménez, acudió  a Madrigal de las  junto al  gobernador del Estado de Michoacán, Lázaro Cárdenas, a rendir homenaje al Tata Vasco. Tres años después, la Ruta Quetzal impulsada por Miguel de la Quadra Salcedo inició su periplo por Castilla y León en Madrigal precisamente para que los 325 jóvenes expedicionarios de ambos lados del Atlántico conocieran la figura de Vasco de Quiroga, en torno a cuya estatua establecieron su campamento, regalando una singular estampa que muchos vecinos aún no han olvidado. En 2009, el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, participó en los actos conmemorativos del 30 aniversario de la fundación de la Universidad Católica Vasco de Quiroga en Morelia.

En definitiva, son numerosos los acontecimientos a través de los cuales se ha escenificado el profundo vínculo existente entre las dos patrias de Vasco de Quiroga, que la actual Corporación municipal quiere impulsar.

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