La Escuela de Idiomas estabiliza alumnado y se marca retos

M.E
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Tras la dinámica negativa desde 2011, achacada en buena medida a la subida de tasas, en los dos últimos años el descenso se ha frenado. La dirección busca aumentar asistencia en las secciones de la provincia y en los idiomas 'minoritarios'

La Escuela Oficial de Idiomas de Ávila, dependiente de la Consejería de Educación, logra mantener alumnado y pone el foco en incentivar las secciones ubicadas en el resto de la provincia y en el plurilingüismo. Tras la dinámica negativa en la matrícula que venía registrándose desde aproximadamente el año 2011, achacada en buena medida a la subida de tasas y las medidas de racionalización del gasto, en los dos últimos años se viene detectando una estabilización del número de alumnos. Una situación que deja satisfacción en la dirección de un centro que cumple 32 años, diez en su flamante nuevo edificio. A fecha del 31 de octubre, cuando se cerró el plazo extraordinario de matrícula, la cifra de personas que han decidido embarcarse o continuar en la siempre apasionante tarea de aprender otros idiomas supera las mil –en concreto 1.057–, entre los que han optado por el inglés, la mayoría (833), el francés (123), el alemán (54), el italiano (37) y el español para extranjeros (10). Estos alumnos, entre los que se incluyen los 77 de la modalidad a distancia ‘That’s english!’, se distribuyen entre el centro de Ávila capital y las secciones de Piedralaves, Las Navas del Marqués, Cebreros y Arenas de San Pedro. A ellas se unen la Escuela de Idiomas de Arévalo, que funciona de modo independiente y que, según los últimos datos de la Junta, en el curso pasado rozó los 130 estudiantes. En relación al año pasado, la cifra de la EOIde Ávila es muy similar (entonces 1.054), mientras que respecto a hace dos años se aprecia una ligera subida (entonces 1.003). Si la comparación la establecemos con el ejercicio de 2011/2012, cuando se superaban los 1.600 estudiantes, la Escuela de Idiomas de Ávila ha perdido bastante alumnado, en torno al 35%. La directora de Ávila, Diana Moya, destaca que por en aquella época fue cuando empezaron a subir las tasas, lo que «nos perjudicó un poco», no en vano aunque el importe actual para un curso ronda los 160 euros –lleva seis años sin subir y hay bonificaciones–, éste se incrementó «de manera muy drástica», de ahí la «percepción negativa del ciudadano». Además, «se empezaron a penalizar las segundas matrículas», recuerda, lo que pudo chocar con la dinámica que venían siguiendo algunos alumnos, que por sus obligaciones personales y laborales en ocasiones «se tomaban dos años para hacer cada curso y poco a poco iban aprendiendo». Ahora la gente se lo piensa más y «no repite con nosotros necesariamente».