Apuntó el obispo de Ávila durante su tradicional encuentro navideño con los periodistas abulenses que en estos momentos la cuestión de su renuncia «no me corresponde a mí», insistiendo en que «me encuentro a entera disposición del Santo Padre y en el momento en el que haya un nuevo sustituto yo daré muchas gracias a Dios». Cuando esto ocurra habrá dejado atrás García Burillo una etapa larga, de más de 15 años en el momento actual, al frente de la diócesis de Ávila. Una etapa que, reconoció, «ha sido muy gozosa» pero que por una cuestión de edad debe dar paso a otra situación y a, dijo entre risas, «prepararse en bien morir».