Como invitado de excepción y ajeno a cualquier recompensa, la Cultural Cebrereña despidió ayer la temporada en medio de la batalla planteada en tres campos por sacar billete para el playoff de ascenso a Segunda B. Sin nada en juego, los de Pepe García se convirtieron indirectamente y sin pretenderlo en juez y parte de esa pelea que se dirimió en El Helmántico de Salamanca, con la Cebre como protagonista, pero también en otros dos campos, el del Zamora y el del Bupolsa con el Tordesillas y el Cristo Atlético como equipos afectados en esa carrera por dos de las plazas en juego. De ahí que durante muchos minutos, el rival del conjunto abulense jugase más en otros campos que en el propio.En esa tarde de transistores, la ansiedad con la que se mostró el Salmantino benefició por momentos a una Cebrereña cómoda y sin presión ninguna sobre el campo que fue de menos a más. Empezó contemplativo, a la espera de que fueran los locales los que arriesgaran y echaran toda la carne en el asador.