Está claro que, haga frío o calor, el chocolate con churros es una puesta segura, y es que esta tradicional merienda se ha convertido en una de las citas más esperadas de las Fiestas de Verano de Ávila.

Por ello, ayer por la tarde una enorme cola se fue formando junto a la Churrería Toresana del recinto ferial. Personas que aguardaban desde antes de las seis de la tarde para llevarse su ración de churros y su vaso de chocolate con motivo del homenaje a la tercera edad.

El encargado de repartir los churros y el chocolate entre los allí presentes fue Ildefonso. Al frente de la Churrería Toresana, un negocio familiar llegado desde Toro, repartió cerca de mil raciones de unos churros con el toque especial de « muchos años de trabajo y el amor a lo que se hace». Para él esta no es la primera vez que reparte churros entre abulenses, ya que lleva casi 20 años viajando con sus puesto a las fiestas estivales de Ávila.

Pero no todo se limitó a una merienda, y es que había baile. La orquesta Al-Alba fue la encargada con su música de propiciar una actividad ideal para bajar la merienda de una forma divertida. Así , varias personas manifestaban su alegría con estas actividades, «comemos y bailamos, así que divinamente», a lo que otros añadían que «actividades gratuitas para la gente mayor deberían realizarse más a menudo».