Sin incidencias de importancia y con la sensación de haber ofrecido una competición tan loca como divertida. Así finalizaba la carrera de autos locos por las calles de Piedralaves, una cita que cumplía su octava edición y que, como viene siendo habitual, volvió a congregar a numeroso público en todo el circuito urbano. Lo hizo, además, tras haber superado nuevas metas, lo que habla a las claras de la buena salud de una iniciativa que pone a prueba el ingenio y la velocidad de cada uno de los participantes con sus vehículos no motorizados e impulsados sin tracción. Y es que esta octava edición batió el récord de inscritos, una quincena, con participantes de la propia localidad pero también de otros municipios del Tiétar, el Alberche o de Madrid, entre otros. De Piedralaves había dos inscritos y la suerte estuvo de parte de uno de ellos, Rayo Mcqueen, el gran vencedor con un tiempo de 55,40 segundos en completar la bajada (son dos tandas). Ya fuera por el mayor conocimiento del trazado o por la destreza, lo cierto es que la carrera se quedó en casa. Completaron el podio Kilikeros y La Perdigonera, ambos de El Barraco. Otro de los ‘hitos’ de esta propuesta fue la presencia femenina por primera vez al volante de uno de los vehículos.