Era más que evidente que, celebrándose como se celebró ayer el Día de la Comunidad en Madrid, justo la víspera de la previsible firma por parte del Rey del decreto de convocatoria de nuevas elecciones, la recepción ofrecida en la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol por la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, estuviese marcada por la nueva cita en las urnas. Y, de hecho, el asunto no solo monopolizó las conversaciones en todos los corrillos del acto, sino que también fue la tónica dominante en las declaraciones realizadas por los líderes políticos.
Así, el jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, coincidieron en advertir al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, de que debe olvidar sus vetos al PP ante la repetición de los comicios el próximo 26-J. Aunque a la ceremonia no acudió el socialista, su reafirmación de que no pactará con los populares, sea cual sea el resultado en las urnas, hizo que esa postura fuera reprochada tanto por la formación conservadora como por la naranja.
Rajoy, que estuvo acompañado de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y del ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, alertó a Sánchez de que no puede seguir con su actitud. «Lo que ha ocurrido en estos cuatro meses no se puede volver a repetir. Los vetos son malos para la democracia», añadió antes de lamentar que el líder rechace al PP y a los siete millones de votos que consiguió el pasado 20-D.
Sin embargo, se mostró confiado en que llegue el sentido común, todo el mundo actúe «con un poco de cordura» y se pueda lograr un Ejecutivo moderado que genere seguridad y certidumbre.
Respecto a la negativa de Sánchez a hablar con Rajoy, Rivera mantuvo que no se puede empezar la campaña electoral «poniéndonos todos los vetos», sino que hay que hablar de propuestas y soluciones. De este modo, defendió el acuerdo pero, al mismo tiempo, el cambio y una regeneración que cree que debe llegar «sí o sí» y que, según ha venido insistiendo en los últimos meses, excluiría a Rajoy.
Por otra parte, el jefe del Ejecutivo en funciones aseguró que pretende hacer una campaña «en positivo, tranquila, sensata», y ya en una conversación informal con los periodistas consideró que lo ideal sería que hubiera un nuevo Gobierno a finales de julio.
DESOÍR LAS ENCUESTAS. Rajoy aseveró, asimismo, que desconoce a qué partido podría beneficiar una alta abstención y desconfió de las encuestas que se están publicando últimamente, recordando que las que se conocieron antes del 20-D hicieron unos pronósticos que no coincidieron luego con lo arrojado por las urnas.
Ante la campaña electoral, fuentes de la dirección del PP reconocieron que «no se entendería» que su candidato no participara en ella en algún debate con los líderes del PSOE, Podemos y C’s. Por su parte, Rivera confió en que esta misma semana los diversos partidos se pongan de acuerdo para abaratar el proceso.