Los residentes europeos no votarán en la consulta británica sobre la UE

Agencias
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David Cameron dejará fuera del referéndum de permanencia a la mayoría de los ciudadanos comunitarios que viven en el país y a quienes emigraron del Reino Unido hace más de 15 años

 
 
El referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea fue uno de los grandes pilares en la campaña del Partido Conservador para las elecciones del pasado 7 de mayo y en una de las prioridades para llevar a cabo del primer ministro británico, David Cameron, quien se encuentra ya cerrando todos los flecos para que dicha consulta pueda llevarse a cabo cuanto antes. Si bien está prevista para 2017, no se descarta que se pueda adelantar a 2016. 
Las directrices elaboradas por el Gabinete de Londres para organizar esta votación establecen un sistema similar de unos comicios legislativos, lo que deja fuera a la mayoría de ciudadanos comunitarios que viven actualmente en el país, con algunas excepciones.
Según desveló ayer Downing Street, eso sí, a grandes rasgos, las normas que regirían el referéndum no tendrían nada que ver con las utilizadas en las elecciones europeas o las locales.
De este modo, quedan sin derecho a participar la mayoría de europeos residentes en suelo británico, a excepción de irlandeses, malteses y chipriotas. Sí podrán pronunciarse sobre la relación del Reino Unido con la UE los británicos que lleven menos de 15 años en el extranjeros y los residentes en Gibraltar.
Las normas, que serán presentadas en el Parlamento el próximo jueves, son, según una fuente de la oficina de Cameron, «una gran decisión para el país, que marcará «su futuro», por lo que es «importante que los británicos, los irlandeses y los ciudadanos de la Commonwealth sean los únicos que decidan» sobre este controvertido tema, que podría suponer la salida de la nación del bloque.
Los euroescépticos ya habían advertido del riesgo de abrir el voto a los 1,5 millones de europeos que viven en el Reino Unido, mientras que el Partido Nacional Escocés (SNP) ha sugerido en las últimas semanas que se rebaje la edad mínima de los participantes hasta los 16 años, tal y como se hizo en la consulta independentista en dicha región celebrada el pasado verano.
Por otro lado, el propio Cameron viajará esta semana a varias capitales del Viejo Continente, entre ellas a Berlín y París, para iniciar conversaciones y renegociar la relación británica con la UE. Asimismo, está previsto que comience una ardua negociación con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para comenzar a impulsar la reforma que, en su opinión, debe llevar a cabo la Unión si quiere que la nación británica continúe en el bloque, como una serie de cambios en las leyes de inmigración, una exigencia absoluta e indispensable para seguir perteneciendo al grupo.