El fuerte viento impide el ataque a la cima

A.S.G.
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Se cumplieron los peores pronósticos y Carlos Soria tuvo que renunciar a la conquista del Dhaulagiri. Es la octava ocasión en la que el abulense se queda a las puertas

Se ha convertido el Dhaulagiri (8.167 metros) en una montaña 'maldita' para el abulense Carlos Soria, al que en los últimos 20 años se le resiste una y otra vez el coloso nepalí. Y de nuevo, como el año pasado, el montañero abulense se quedaba a las puertas. Si en 2017, en el que lo intentó por dos ocasiones, fue una fuerte gastroenteritis –se quedó sin fuerzas en el último tramo– y la falta de visibilidad –equivocaron el corredor en los últimos metros hacia la cumbre– lo que frustró el intento, en esta ocasión fue el viento. Se cumplieron los peores pronósticos que en la tarde del jueves ya avisaban de la posibilidad de que la Expedición IFEMA tuviera que renunciar al ataque a la cumbre cuando todo estaba preparado para que a última hora de la tarde lanzaran el ataque desde el Campo 3 (7.250 metros), donde la expedición tenía previsto descansar unas horas tras su ascenso desde el Campo 2 a primera hora de la mañana y antes del ataque definitivo.