Ávila festeja a San Segundo y cumple con la tradición del patrón

Mayte Rodríguez
-

A la misa mayor celebrada este lunes en la Catedral le siguió la procesión que llevó al que fuera primer obispo de Ávila a recorrer el centro de la ciudad en una mañana soleada y alegre.

La imagen de San Segundo, patrón de la ciudad, recorrió este lunes las calles de la capital abulense en una procesión colorida y festiva que, en esta ocasión, no concluyó en la ermita dedicada al primer obispo de Ávila, cuyas obras de restauración han obligado a que de forma excepcional el epicentro de los actos religiosos de este año sea la ermita de San Esteban, situada en plena calle Vallespín. Allí llegaba al filo de la una y media de la tarde la talla de San Segundo, llevada a hombros por los miembros de la cofradía del mismo nombre, que fueron turnándose  durante todo el recorrido para portar al santo, que tuvo que ser introducido en el templo de espaldas por la falta de espacio para hacerlo de frente. Como es costumbre, durante el recorrido no faltó una representación de todas las cofradías y hermandades de Ávila, que portaron sus estandartes y símbolos.

El desfile procesional, que este año duró algo menos debido precisamente a que su destino no era la ermita de San Segundo, cumplió con la liturgia de las tradiciones propias del día del patrón: los inconfundibles sones de la dulzaina y del tamboril alegraron el recorrido y marcaron la pauta musical a las danzas abulenses ofrecidas por el Grupo Folklórico Urdimbre a San Segundo. Casi una veintena de personas ataviadas con el traje típico en sus versiones masculina y femenina bailaron ante el patrón de la ciudad haciendo gala de la profesionalidad y el buen hacer que siempre demuestra esta veterana agrupación.

Como es tradición, la bandera de Ávila fue portada durante todo el recorrido por la concejala más joven de la Corporación municipal, en este caso Noelia Jiménez, del PSOE, que lo hizo flanqueada por los maceros del Ayuntamiento de Ávila y por agentes de la Policía Local ataviados con traje de gala.

En el capítulo de las tradiciones, tampoco faltaron los siete gigantones que, acompañados de La Tarasca, volvieron a alegrar la procesión de este día grande de Ávila,  siempre dispuestos a sorprender y en algunos casos asustar a niños y adultos con sus simpáticas reverencias. Los entrañables gigantones, con los que los muchos turistas presentes no cesaron de fotografiarse a las puertas del templo en el transcurso de la misa, fueron los encargados de abrir la comitiva, que partió a las doce de la mañana de la Catedral, en cuyo interior el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, presidió la ceremonia religiosa en honor a San Segundo, concelebrándola junto al deán de la Catedral, José Luis Retana, y al resto de sacerdotes que componen el Cabildo Catedralicio.

 

LEA LA NOTICIA AMPLIADA EN LA EDICIÓN IMPRESA