Tan solo tres días después del primer aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils, la sombra del extremismo volvió a planear ayer sobre Cataluña. Las alarmas saltaron en la localidad barcelonesa de Cornellà de Llobregat, con un suceso que fue calificado por las autoridades como un «atentado terrorista» contra una de sus agentes, un «hecho aislado» que tenía como objetivo al cuerpo autonómico. 

El agresor, Abdelouahab Taib, de 29 años y de nacionalidad argelina, falleció tras ser abatido por la propia policía a la que intentó apuñalar tras lograr entrar en la comisaría fingiendo necesitar ayuda para tramitar una denuncia. Una vez dentro del edificio, sacó un cuchillo de grandes dimensiones y se abalanzó sobre la mujer, que le disparó con su arma reglamentaria. 

Al cierre de esta edición, los investigadores trataban de esclarecer si el atacante pudo actuar movido por motivos religiosos, pues los agentes que se presenciaron los hechos relatan que profirió gritos de «Alá es grande». No obstante, todos coinciden en que el asalto no contó con preparación previa.