El conductor del autobús escolar siniestrado no recuerda nada del trayecto

Ana Agustín
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Este jueves dio comienzo el juicio contra el conductor de microbús accidentado el 23 de febrero de 2012 en Villanueva del Aceral, en el que perdió la vida una joven y nueve resultaron heridos

La sala del Juzgado de los Penal de Ávila acogió este jueves la primera sesión del juicio contra el conductor de autobús escolar que sufrió un accidente en Villanueva del Aceral en el que perdió la vida una joven estudiante y otros nueve resultaron heridos. El siniestro de produjo el pasado 23 de febrero de 2012 y el conductor del microbús está acusado por parte de la Fiscalía y de las cuatro acusaciones particulares de un delito de conducción temeraria en concurso con otro de homicidio por imprudencia grave y de otros nueve delitos de lesiones por imprudencia grave por lo que solicitan para el chófer una pena de tres años y dos meses de prisión, la retirada del permiso de conducir y las indemnizaciones oportunas.

Cuatro abogados de la acusación particular que representaban a las familias de los damnificados, además del fiscal, el abogado defensor de la empresa a la que pertenecía el microbús siniestrado, el de la Junta de Castilla y León y la abogada defensora del conductor ocupaban los estrados junto a la jueza de lo Penal encargada del caso, un juicio público al que acudieron también numerosos familiares de los escolares heridos en el accidente.

En primer lugar, prestó declaración el acusado, G. F. V. H., quien en todo momento negó los hechos relatados en el informe que se encargó de leer la jueza al comenzar la vista oral.

Después de que la jueza pronunciara el relato de los hechos, además de sus derechos y le advirtiera de que «todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario», el conductor afirmó estar en desacuerdo con todos los hechos relatados. Se basaban los mismos en una conducción temeraria durante todo el trayecto, no respetando las señales de stop y de reducción de velocidad existentes en el mismo hasta que, finalmente, en Villanueva del Aceral perdiera el control del vehículo y volcara con el dramático resultado de una joven muerta y nueve heridos, todos los pasajeros del microbús.

G. F. V. H. no se consideró en ningún momento responsable del accidente alegando que «no sé qué me pudo pasar ese día». Mencionó que llevaba 45 años trabajando como conductor de todo tipo de vehículos a motor y este era el primer accidente que sufría. Tras siete años en la empresa y reconociendo que era perfectamente conocedor de la ruta que realizaba el día del siniestro, negó ser consciente de circular a más velocidad de la permitida, que no respetara las señales de stop, que los propios escolares le pidieran que circulara más despacio y con más prudencia... Lo negó todo durante su relato, en el que dejó entrever que ese día  «pudiera ocurrirme algo           raro».  

Respondió a las preguntas del fiscal, en primer lugar, y expresó que, aunque conocía la ruta y el vehículo perfectamente, «porque yo lo estrené», «no hacía esta ruta habitualmente, y la furgoneta era inestable». Volvió a afirmar que nunca fue consciente de circular a mayor velocidad de la permitida aunque reconoció que si el tacógrafo así lo señalaba «será verdad, no voy a contradecirlo». Los cuatro abogados de las acusaciones le sometieron a una batería de preguntas a las que respondió con confusión. «No sé qué me pasó ese día», repetía y afirmó que en ningún momento notó que no controlara el vehículo salvo cuando «vi una luz y ya no pude hacer nada», momento en el que sucedió el accidente. Ante las insistentes preguntas de las acusaciones sobre el exceso de velocidad que señalaba el tacógrafo, que revelaba que circulaba a 97 kilómetros por hora en tramos limitados a 70 o, incluso, 50 kilómetros por hora, aseguró no darse cuenta de esta circunstancia para lo que alegó que la luz del cuadro de indicadores de velocidad no funcionaba. Indicó que no recordaba no  haber respetado una señal de stop en Fontiveros ni en Bernuy de Zapardiel, ni en Fuente el Sauz. Tampoco reconoció durante el interrogatorio haber escuchado a los escolares advertirle y pedirle que aminorara la marcha aunque, sin embargo, aseguró haberles dicho a los chicos que se pusieran los cinturones de seguridad. Negó haberse dado cuenta de que por no respetar una señal de stop en Fuentes de Año, casi impacta contra un camión que circulaba por la vía principal .

A preguntas de su abogada defensora, el acusado afirmó que nunca en 45 años que llevaba conduciendo había sufrido un accidente y tampoco una sanción de la Guardia Civil. Sin embargo, al final de su declaración, pronunció un «que Dios me perdone y las familias, pero no sé lo que pasó ese día» y reconoció que en estos casi tres años transcurridos tras el accidente no ha dejado de pensar en ello. También reconoció el conductor que después de este servicio tenía que recoger a unas personas en el Ayuntamiento de Arévalo entre las 8 y las 9 horas para trasladarlas a Segovia.

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