Sólo tres empresas han solicitado repartir publicidad en la calle

I.C.J.
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La ordenanza municipal que regula esta práctica entró en vigor el pasado 27 de mayo

 Cierto es que lleva poco tiempo de andadura, desde el 27 de mayo, pero los ecos de la ordenanza que regula «la distribución y el reparto gratuito de información, publicidad y propaganda con fines comerciales en zonas históricas de la ciudad» son escasos. Por el momento sólo tres empresas abulenses lo han solicitado, dos han recibido el visto bueno y una continúa su tramitación, tal y como informan desde el Ayuntamiento de Ávila. Un Ayuntamiento que es el que decide cómo se hace el reparto: en qué fechas, horarios y tiempo, aunque en principio las autorizaciones se concederán por un año máximo aunque prorrogable y el horario de reparto es de 11 a 23 horas (aunque con carácter general será entre las 12 y las 22).

También es verdad, tal y como confirma el Consistorio, que en este mes y medio de andadura tampoco ha habido sanciones, pero se ha conseguido uno de los efectos deseados y es que la presencia de repartidores merodeando en la vía pública ha disminuido considerablemente y los que hay se limitan al espacio del establecimiento que cuenta con la pertinente autorización. Y es que el reparto está delimitado a «la perpendicular de la fachada o perímetro del establecimiento que lo solicite y no más allá de los 5 metros de éste, o en su defecto al límite de la terraza autorizada por el Ayuntamiento».

Se evita con la norma que haya obstáculos en paradas de autobuses, en accesos a edificios públicos u otros establecimientos, así como en pasos de peatones en su confluencia con aceras. En aras a una ciudad más limpia, la publicidad no se podrá dar desde vehículos, ni depositar en los que estén estacionados y tampoco repartir desde la vía pública a coches en movimiento.

Hay que recordar que esta ordenanza es fruto de los contactos entre la junta directiva de la Federación de Hostelería de Confae y el Consistorio ya que a mediados de noviembre la primera solicitó la regulación de una práctica especialmente «molesta» con el turismo. Para el edil de Turismo, Héctor Palencia, lo importante era regular, pero no prohíbir, permitiendo eso sí que todas las empresas jugaran con «igualdad de oportunidades» y además se garantizara las «condiciones laborales de las personas que tienen el cometido de hacer ese reparto» pues deben tener contrato en vigor.