La fiesta de los Caballeros de Chilla

Eduardo Cantalapiedra
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El Santuario de la Virgen de Chilla vivió la primera de sus grandes celebraciones del año, la romería de la Cofradía de Caballeros de la patrona candeledana • Se celebró una misa de campaña en la Piedra de las Apariciones

Romeria de los Caballeros de Chilla. - Foto: David Castro

El Santuario de Nuestra Señora de Chilla vivió este domingo uno de sus días grandes con motivo de la celebración de la fiesta de la Cofradía de los Caballeros de la Virgen candeledana, que incluyó la tradicional romería hasta la Piedra de las Apariciones y una misa de campaña en este emblemático lugar donde hacia 1300, según cuenta la leyenda, la patrona de Candeleda se apareció al al pastor Finardo mientras éste cuidaba de su ganado.

Desde primera hora de la mañana, el camino hacia el santuario se convirtió en un auténtico rosario de gente que, bien en coche o caminando o incluso a caballo, se dirigían hacia este enclave para disfrutar de esta jornada festiva y mostrar su devoción hacia la Virgen de Chilla. Allí se dieron cita personas venidas no sólo de Candeleda, sino de otros pueblos abulenses de la zona como Arenas de San Pedro o Guisando, pero también de la Vera extremeña y del norte de la provincia de Toledo.

Poco antes de las doce de la mañana partía en procesión la imagen de la Virgen, arropada por cientos de fieles, de su ermita en dirección a la Piedra de las Apariciones, situada a unos 200 metros, y una vez allí presidía la misa de campaña, en la que estuvieron presentes las autoridades locales, encabezadas por el alcalde, José María Monforte, y los diputados provinciales de la zona Eduardo Tiemblo y José María García Tiemblo.

Romeria de los Caballeros de Chilla.Romeria de los Caballeros de Chilla. - Foto: David Castro Tras la celebración eucarística, llegó el momento de los reconocimientos. Así, primero fueron nombrados cuatro nuevos Caballeros de Nuestra Señora de Chilla, que se sumaron a los cerca de 700 ya existentes, y después esta Cofradía fundada allá por los años 50 rindió su particular homenaje a las distintas Corporaciones municipales que han pasado por el Ayuntamiento de Candeleda, plasmado en un cuadro con la imagen de la patrona de la localidad entregado al actual regidor, José María Monforte, quien tras agradecer el gesto, aseguró que «este reconocimiento no es al Ayuntamiento, sino a todos los candeledanos por su amor, devoción y carino a la Virgen de Chilla, y a los pueblos vecinos». «Que ese cariño se transforme en amistad entre todos los pueblos», subrayó el alcalde.

Y a continuación, la imagen de la Virgen portada por hombres y mujeres inició su recorrido de regreso a la ermita, a cuya entrada tuvo lugar la tradicional subasta de banzos para meter a Nuestra Señora de Chilla en el interior del templo y situarla en el Altar Mayor para presidir el canto de la Salve.

Y como colofón a esta festividad, primera del año en este santuario tras la que vendrán las del segundo y el tercer domingo de septiembre, la Cofradía celebrante invitó a los presentes a un aperitivo con limonada. Eso sí, hubo muchas familias que aprovecharon el buen tiempo para quedarse a comer en las diferentes mesas repartidas por los exteriores del santuario.