El presidente de Caixabank, Isidro Fainé, no descarta la venta de la participación de la entidad catalana del 11,7% en la petrolera Repsol a Criteria, al tiempo que sopesa una colocación en Bolsa del holding de participaciones industriales del grupo.
«Podríamos decidir vender las acciones en Repsol», señaló Fainé en una entrevista concedida al Financial Times, en la que califica dicha capitalización como un «activo sólido y líquido que proporciona ingresos y diversificación», si bien subraya que «no es estratégica» para el grupo.
Sobre la eventual salida a Bolsa de Criteria, que agrupa los títulos industriales de la entidad, excepto Repsol y Telefónica, el economista explica que siempre ha tenido la idea de colocar el holding de participadas en Bolsa.
«Este es un proyecto que tengo en la cabeza, pero dependerá de la decisión final del Consejo de Administración», afirma.
Caixabank es el principal accionista de Repsol, con una participación del 11,7%, junto a Sacyr, que ostenta una presencia del 8,9%, y el fondo soberano de Singapur (Temasek), con un 6%.
Al preguntarle por la posibilidad de nuevas operaciones, tras comprar Banco Valencia, Banca Cívica o la red española de Barclays, el responsable de CaixaBank no descarta nuevas adquisiciones. «Soy como el gato esperando en la puerta de la ratonera; todo es posible», subraya.
Además, el presidente del grupo bancario cree que el mercado financiero español se simplificará como ocurre con otros sectores. «Ahora hay 14 bancos y yo creo que quedarán seis o siete», señala.
Por otro lado, el portafolio de participadas de La Caixa es, de lejos, el más importante de España, lo que otorga al grupo catalán y a su presidente una gran influencia. Incluye el 34% de Gas Natural (valorado en 7.500 millones de euros) y el 19% de Abertis (3.100 millones), además de valores en el grupo francés Suez Environnement y en unas cuantas empresas españolas más pequeñas.
A pesar de que subraya que esta decisión de salir a Bolsa no es inminente, una reorganización de este tipo supondría el paso más significativo hasta ahora para desentrañar la compleja red de participaciones amasada por La Caixa durante años. La venta del capital en Repsol permitiría también a CaixaBank -que todavía depende de los dividendos- avanzar en su transformación en un jugador puro de banca comercial.
La dotación de CaixaBank en Telefónica, no obstante, es probable que quede exenta de cualquier reordenación, lo que reflejaría la convicción que existe dentro de la entidad crediticia de que el proceso de digitalización de la banca permitirá cosechar sinergias con una de las mayores operadoras de telefonía móvil de Europa.