Era septiembre, la cuarta jornada de la División de Honor Juvenil y un inesperado empate (1-1) ante el Santa Marta en el Sancti Spíritu llevó al Colegios Diocesanos a ocupar por primera vez puestos de descenso. Un golpe duro y una dura reacción. Porque ha costado, pero casi cinco meses y 19 partidos después el equipo que dirige Iván Lastras vuelve a salir del descenso y ocupar puestos de permanencia. Y aunque la reacción debe continuar, puesto que sus perseguidores –Alcobendas y Unión Adarve– le pisan los talones, el equipo colegial ha confirmado con creces lo que hace tiempo era una realidad. Ahora sí saben competir en la División de Honor Juvenil.