"El público del ciclo de El Barraco sabe mucha música"

M.R.
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Músico de vocación y de formación, amante de la guitarra, alumno y admirador del gran guitarrista barraqueño Áureo Herrero, Joaquín Tafur es el alma mater del Ciclo de Conciertos de homenaje al que fue maestro de tantos

Joaquín Tafur (Madrid, 1966) iba a ser biólogo, pero la música se cruzó en su vida y el camino trazado dio un giro inesperado, sobre todo para sus padres, porque cuando llegó el momento de hacer la elección definitiva él tuvo muy claro que sería más feliz siendo músico. Pero en ese cruce de caminos vitales influyó una persona: el reconocido guitarrista Áureo Herrero, que pasaba los veranos en su Barraco natal. Allí, «en el jardín de su casa», el maestro daba clases de guitarra a alumnos muy diversos, «gente muy elegante a la que yo oía hablar en inglés» porque de hecho algunos viajaban hasta la villa barraqueña desde diversos países del mundo en busca de las enseñanzas de quien desde los años 50 había protagonizado una sólida carrera musical. Corrían los años setenta y en aquel entonces Joaquín Tafur era un niño cuya casa familiar de veraneo estaba en la misma calle que la del gran guitarrista, al que «escuchaba tocar todo el día», nos cuenta. «Y a base de escucharle un día tras otro, un verano tras otro, cuando tenía 14 años le pedí que me escuchara porque yo sabía tocar algo la guitarra, él aceptó y, a partir de ahí, me daba clase todos los veranos en El Barraco y el resto del año en Madrid, en su casa del barrio de Lavapiés», rememora. 

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Los veranos de mi infancia en El Barraco.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

La tranquilidad y el sosiego que se respira para poder hacer cosas que en otros lugares supondrían mucho esfuerzo. Esa calidad de vida me encanta.

¿Y lo que menos?

Falta de movimiento cultural, me gustaría que hubiera más apuestas atrevidas y que la gente participara más en las iniciativas culturales.

Un lugar para perderse

En La Cebrera, en El Barraco. Cuando quiero ver el horizonte subo hasta allí a cargar baterías, en especial las vistas desde el Risco de la Osa.

Un recuerdo de su infancia

Pasar con la bici por las eras de El Barraco cuando estaban trillando, ese olor y el paso de los carros de los bueyes. También salir corriendo porque las vacas de entonces eran bravas.

¿Un personaje abulense que le ha marcado?

Don Áureo Herrero, barraqueño que también vivió en Ávila porque su padre tuvo una taberna aquí, pero no fue bien y a raíz de aquello se fue parte de la familia a Madrid a buscarse la vida. Fue discreto, trabajador y muy buen músico.

El mayor cambio que necesita Ávila es…

Impulsar más la cultura porque va asociada al progreso económico, pero también sucede al contrario. Por eso creo que no hay que esperar a que venga el progreso económico para fomentar la cultura porque ésta también es un factor económico.

Y tiene que mantener…

El carácter de la gente de Ávila, que sin ser muy extrovertida tiene un fondo muy bueno, son sinceros, auténticos, ... Como demuestra la propia ciudad y su patrimonio. Ese ambiente elegante.

¿Qué le parece la ciudad hoy en día?

Una ciudad muy agradable para vivir, con desplazamientos cómodos, quizá necesitada de iniciativas y de abrirse más a la gente de fuera y a otras ideas porque todos aportamos cosas.

¿Cómo ve la ciudad en el futuro?

Espero que siga manteniendo su esencia, quizá aprovechando mejor sus recursos y promoviendo valores para evitar que la gente se marche. Que no sea necesario promover esa idea en otro sitio, sino que se pueda hacer aquí. Hay que confiar en gente joven, de edad o de espíritu, que quiera hacer cosas en Ávila. A veces por miedo dejamos pasar oportunidades y se van a otro sitio.

¿Qué puede aportar a la ciudad?

Como profesor procuro que mis clases sean motivadoras para los alumnos. Ya lo decía don Áureo Herrero: en su pequeña parcela cada uno puede hacer muchas cosas. Todo suma.