Como manda el precepto, puesto que en la Semana Santa abulense no pueden coincidir dos procesiones en la calle, una vez que finalizó la de la Estrella, a las nueve de la noche de este Martes Santo, todos los penitentes de  la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, se preparaban dentro de la Catedral para iniciar su recorrido por algunas calles principales de la ciudad. En el interior, el ambiente era de movimiento acelerado en un principio seguido de un silencio absoluto cuando se escuchó la voz del orden a penas cinco minutos antes de la salida de la procesión.

Se trata de una de las más largas de toda la Semana de Pasión puesto que son siete los pasos que salen en procesión y el recorrido es largo. Así, una vez que se abrieron las puertas, todos se prepararon para un itinerario largo, de casi tres horas de duración. San Pedro Llorando, una de las cinco  tallas que han sido restauradas este año, abría la comitiva, seguido del venerado Cristo de Medinaceli. El Nazareno del Perdón, con potencias nuevas y remates de orfebrería en la cruz, era el tercer paso en salir del seno del templo. Tras él, el Calvario y la Virgen del Mayor Dolor, también restaurados; el Cristo Yacente y la Virgen de las Lágrimas, con nuevo armazón. Cientos de personas esperaban la salida de estas tallas, entre las que se iban intercalando diferentes bandas de música, algunas llegadas de otros puntos como Medina del Campo. Con salida desde la Catedral de Ávila, tan especial comitiva emprendió un recorrido por la calles Tomás Luis de Victoria, plaza de Zurraquín, Mercado Chico, calle Vallespín, calle Ramón y Cajal, plaza de Concepción Arenal, Ronda Vieja, avenida de Portugal, calle San Segundo y plaza de la Catedral, de nuevo, para regresar al primer templo de Ávila ya bien entrada la noche templada de este Martes Santo. La 8 Ávila y Castilla y León Televisión retransmitieron en directo esta procesión en la que, aproximadamente, participaron seis centenares de penitentes con sus túnicas moradas, su capa de oro viejo y sus cruces trinitarias.