«La lactancia materna es la más ajustada a la biología del bebé»

Ana Agustín
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Su nombre es Ana Ripoll y es pediatra de Atención Primaria desde el año 2000 y ejerce su profesión en el Centro de Salud Ávila Sureste desde 2010 tras haberlo hecho en otros de la provincia. Esta abulense de 45 años y con tres hijas que han abandonado ya la primera infancia, es una activista decidida de la lactancia materna por lo que ha participado en diferentes foros para promover esta práctica entre las madres.

Diario de Ávila ha querido conocer en profundidad algunos aspectos relacionados con la maternidad y los bebés por lo que ha acudido a la experta.

Permítame una primera pregunta un tanto personal. ¿Por qué eligió la Pediatría como especialidad?

Siempre quise hacer medicina y me llamaba mucho la Atención Primaria por lo que decidí decantarme por ser médico de familia. Pero cuando llegué a quinto de carrera y estudié Pediatría, me atrajo especialmente así que decidí hacer Pediatría y dedicarme a ello en Atención Primaria.

El mundo de los bebés es complejo y ocupa muchos ámbitos pero me gustaría que nos centráramos ahora en la alimentación. ¿Se ha avanzado mucho en esta materia?

Creo que cada vez estamos más concienciados con el tema del cuidado, lo más respetuoso posible, de los hijos desde el nacimiento. Eso incluye alimentarlos de la forma más natural y ahí se ubica la lactancia materna. Si queremos darles a nuestros hijos lo mejor tenemos que hacerlo con un buen principio, es decir, con un parto lo más respetado posible y con una alimentación lo más ajustada a su propia biología que es la lactancia materna.

¿Qué entiende por un parto respetado?

Creo que el parto debe ser individualizado, teniendo en cuenta los deseos de las mujeres y las posibilidades que hay de que sean lo menos medicalizados posible porque son más respetuosos tanto para la madre como para el bebé que viene.  Es verdad que en determinados momentos puede ser necesaria alguna intervención del personal sanitario y por eso están cerca de la madre; sin embargo, el acto de nacer es un acto natural que no suele requerir de intervención.

¿Qué opinión le parece la corriente que impulsa la recuperación del nacimiento en casa?

Me parece una opción muy respetable y en la mayoría de los casos, perfectamente posible, aunque siempre con la asistencia de un profesional sanitario, una matrona.

¿Sabe si es abundante esta opción en Ávila?

No, no lo es. Son muy pocas las mujeres que elegimos esta opción.

¿Qué beneficios tiene, a su juicio, la epidural y qué aspectos negativos?

La epidural puede hacer que la madre no sienta bien los pujos del proceso expulsivo por lo que se puede complicar el parto en ese último tramo. A veces, en estos casos, es necesario instrumentalizar los partos.

Otra situación que ha cambiado es la edad de la primeriza, que ha aumentado, ¿verdad?

No sé cual sería la edad media en Ávila de una madre primeriza pero supera los 30 años. Yo creo que esto es negativo porque la edad biológica de una madre es muy anterior. El hecho de que se retrase esta edad hace que las madres sean menos intuitivas, demasiado racionales y perfeccionistas y se adaptan peor a la realidad de tener un hijo con sus variaciones e inconvenientes.

¿Ha cambiado mucho el protocolo de partos en el hospital de Ávila?

Mucho. Me consta que en el paritorio las matronas respetan mucho más los deseos de las mujeres y los partos son menos medicalizados. Están apostando muy fuerte por la lactancia y ya en el paritorio se ganan muchas lactancias. Se cuidan mucho más esas dos primeras horas en la vida del niño, que son vitales también para su adaptación a la vida extrauterina. Se llevan a cabo partos más humanizados.

¿Puede la lactancia materna generar estrés a las madres?

En principio, todas las mujeres que son capaces de concebir un hijo y parirlo, están preparadas para alimentarlo y nutrirlo con su propia leche. Hay un porcentaje mínimo de mujeres que pueden presentar algún problema. Lo que es muy importante es que se sientan apoyadas desde el principio, tengan información y un soporte a su alrededor que les haga sentirse cómodas. A veces falla la red de apoyo a las madres en su entorno (familia, personal sanitario, trabajo...)

¿Cuales son los beneficios de la lactancia materna?

Innumerables. No tendríamos tiempo suficiente para hablar de todos. El primero es el beneficio nutricional porque es un alimento más cercano a nuestra biología y el que más nutrientes puede aportar al bebé. Desde el punto de vista inmunológico, nos defiende de manera natural frente a las infecciones y otras múltiples enfermedades. Además, tiene un beneficio económico relevante y un beneficio emocional importantísimo.

¿Se puede compaginar la lactancia materna con los biberones?

La principal recomendación sería intentar una lactancia materna exclusiva. En algunas ocasiones, puntualmente y bajo criterio médico, son necesarios suplementos que ayuden hasta que la lactancia materna se encauza, es decir, se mejora el agarre al pecho y la función. Con un buen asesoramiento, son muchas las lactancias mixtas que al cabo de pocas semanas, dejan de serlo y se vuelven exclusivas.

Y, hasta qué edad se recomienda la lactancia materna?

Las recomendaciones universales indican que hasta los seis meses, si se trata de lactancia exclusiva y, a partir de ahí, compaginarla con una alimentación complementaria. Durante los dos primeros años de vida, la leche materna sería el principal alimento de los niños. Una vez superados los dos años, la decisión le corresponde exclusivamente a la madre y al hijo.

¿Cuales son los problemas o enfermedades más frecuentes que se encuentra usted en la consulta de Pediatría?

Normalmente, las patologías infecciosas como los catarros y algunas intestinales pero, sobre todo, cuadros catarrales.

¿Qué tiene que cambiar para que las mujeres lactantes puedan compatibilizar correctamente esta tarea con el trabajo?

Ayudaría mucho que cambiara la legislación y las bajas maternales se ampliaran, como mínimo, hasta los seis meses. Ahora, tenemos que prescindir de la lactancia directa a partir del cuarto mes para conservar nuestro puesto de trabajo. En la situación actual, hay que adaptarse. El hecho de que una madre se incorpore al trabajo no implica que deje de amamantar. Tiene que buscar soluciones personalizadas. Hay muchas posibilidades. Si no es mucho el tiempo en el que la madre está fuera, el bebé puede esperar a que llegue la madre. Otra posibilidad es que le lleven el niño al trabajo a la madre o que salga un momento hasta donde está el niño. Si las distancias son grandes, entonces la solución puede ser extraerse la leche y que alguien se la de. Dos últimas opciones pueden ser dar leche de fórmula al niño mientras la madre no esté con él o adalantar la alimentación complementaria, aunque nunca antes de los 4 meses.