Siempre con el Real Ávila

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La historia del Real Ávila ha estado ligada en muchos momentos a la de Adolfo Suárez, como cuando el Estadio Municipal recibió su nombre y recibió la insignia de oro del club, en 1976;o en 1981 cuando se sumó a los actos del ascenso a Tercera

Siempre con el Real Ávila

El deporte abulense, y especialmente el fútbol, siempre ha tenido muy presente a la figura de Adolfo Suárez y el expresidente del Gobierno se volcó especialmente con el Real Ávila, y también con la Cebrereña, de la que era Socio de Honor, en la década de los setenta y los ochenta. De hecho, Adolfo Suárez da nombre al histórico torneo de fútbol veraniego y también al estadio municipal de la capital abulense. Éste último acontecimiento tuvo lugar el 12 de octubre de 1976, festividad del Pilar. Ese día se inauguraba el nuevo Estadio Municipal Adolfo Suárez, con un partido entre el Atlético de Madrid y la U.D. Salamanca, cuando los charros militaban en Primera División, que se impusieron 2-0 a un Atlético plagado de reservas. El estadio se llenó para la ocasión, pero Adolfo Suárez, entonces ya presidente del Gobierno, no pudo asistir al acto, y en su ausencia fue Luis Cuesta Gimeno, gobernador civil de Ávila, el que descubrió la placa conmemorativa de la inauguración en la que se podía leer: «El presidente del Gobierno, Excmo. Sr. Don Adolfo Suárez González, inauguró este Estadio Municipal el día 12 de octubre de 1976».

Hubo que esperar al primer partido oficial, en el que el Real Ávila recibía al C.D. Manzanares, de Ciudad Real, para que Adolfo Suárez hiciese su particular inauguración del estadio. El presidente del club, Agustín Sánchez, le imponía ese día la insignia de oro y brillantes, sufragada por socios y aficionados, en el descanso del partido. Era el 31 de octubre y el choque finalizaba con empate a cero, gracias, en parte, a la destacada actuación del meta manzanareño, Orozco.

Según narraba El Diario de Ávila en su edición del martes 2 de noviembre de 1976, «don Adolfo Suárez llegó minutos antes de la hora señalada para el comienzo del encuentro, siendo recibido por el gobernador civil y demás autoridades abulenses. Tras saludar a los miembros de los equipos contendientes y trío arbitral, hizo el saque de honor. En el descanso, el presidente del Ávila, don Agustín Sánchez, le impuso la insignia de oro y brillantes del club, como presidente de honor del mismo, siendo igualmente impuestas otras insignias de oro, al gobernador civil, al presidente de la Diputación, al primer teniente de alcalde (en ausencia del alcalde) y al delegado provincial de Educación Física y Deportes. El presidente del Gobierno fue objeto de muestras de afecto y simpatía por parte de los espectadores, tanto a su llegada como al abandonar el estadio».

Posteriormente, habría que esperar hasta la temporada 1980-1981 para volver a contar con la presencia de Adolfo Suárez en el Estadio Municipal Adolfo Suárez. Fue el 21 de junio de 1981 y la ocasión lo merecía. El entonces ya expresidente del Gobierno completó una jornada totalmente abulense, en la que por la mañana le fue impuesta la Medalla de Oro de la Provincia, y posteriormente presidió en el estadio de su nombre el último partido de la temporada y la fiesta organizada para celebrar el ascensoa Tercera División, así como la corrida de Beneficencia que tenía lugar instantes después.

El Real Ávila se enfrentó al Unión de Aravaca y culminó la fiesta con una supergoleada por 10-0. Adolfo Suárez fue homenajeado por el club que presidía entonces Antonio Álvarez Mayorga. Posó con toda la plantilla y presidió el palco acompañado del citado Antonio Álvarez; el alcalde de Ávila, Pedro García Burguillo; Jesús María Viana, presidente de la UCD vasca, y Vicente Oraá, gobernador civil de Ávila.

Esa misma temporada, aunque meses antes, el 4 de enero de 1981, Adolfo Suárez también asistió al ‘clásico’ que enfrentó al Real Ávila C.F. y la Gimnástica Segoviana. El partido se celebró con un ambiente extraordinario y contó con la ilustre presencia de Adolfo Suárez. Éste había pasado las Navidades en su casa de Ávila y acudió a ver este partido. Al final del mismo se dirigió a los vestuarios de los dos equipos y, según narra la crónica de El Diario de Ávila, «felicitó, uno por uno, a todos los jugadores y técnicos. A los abulenses además de felicitarles el nuevo año, como a los segovianos, les dijo que seguía la marcha del equipo a través de El Diario de Ávila y que esperaba que siguieran los éxitos hasta final de temporada». En la entrevista que concedía posteriormente a Pablo Herráez, Adolfo Suárez afirmaba que «me he sentido algo rejuvenecido, porque ciertamente he presenciado muchos partidos entre el Ávila y la Segoviana en San Antonio, hace ya bastantes años, y después en Segovia. Debo recordar que soy presidente de honor de la Segoviana y del Ávila…»