Invasión celta en Solosancho

Mayte Rodríguez
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El desfile de tribus inauguró este sábado la Luna Celta, que cumple su undécima edición batiendo récords de tribus y de puestos

Druidas, guerreros, adivinos y un sinfín de personajes llegados de otro tiempo invaden ya Solosancho. Hasta once tribus, algunas de ellas portando símbolos realmente fantasmagóricos, abrieron en la tarde del sábado  la Luna Celta, la gran fiesta céltico-vettona que llevan ya once años celebrando y que comenzó con el ruidoso desfile de todas ellas, que  medían así su fuerza y hacían gala de ella con gritos y voces.

A las habituales tibus formadas por vecinos de Solosancho y Villaviciosa -ya veteranos en estas lides- se han sumado este año las de Robledillo y Baterna, además de una tribu llegada de la lejana Emérita Augusta. Ésta es, de hecho, la edición de la Luna Celta en la que participa un mayor número de tribus, de las que nueve participan en el concurso y las dos restantes colaboran en la fiesta con su presencia, que no pasa desapercibida.

La mayoría de las tribus desfilaron a pie, pero también hubo guerreros a caballo que fueron recorriendo Solosancho ante una multitud expectante, que esperaba en las aceras el paso de unos y de otros.

Pese a las tormentas que durante toda la tarde cayeron en el Valle Amblés, Solosancho pudo celebrar su fiesta con normalidad. Su alcalde, Benito Zazo, atribuyó esa suerte a «Taranis, dios del Trueno, que nos respetó anoche en Ulaca y hoy también aquí», destacó durante el discurso de bienvenida a las tribus, un acto al que por supuesto acudió convenientemente ataviado, como un celta más.

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