Fiesta medieval en el toreo

Juan Andrés Cartón
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César Jiménez, Matías Tejela y Francisco José Espada, que lucieron trajes de época, ofrecieron una tarde vistosa

Fiesta medieval en el toreo

El Tiemblo acogió este sábado un festival sin picadores en el que la vistosidad la dieron los toreros al salir vestidos de época medieval, quedando muy lucido el paseíllo inicial.

Con un cartel bien rematado por parte de la organización, se pudieron ver las evoluciones de César Jiménez, que como quedó demostrado el otro día en Navaluenga es un torero que no rehuye la pelea y demuestra que está ahí en torero tarde tras tarde en las que sale a las plazas. Lo da todo cuando tiene buenos enemigos delante. Sus dos faenas fueron muy bien instrumentadas, ligando pases muy vistosos y templados con la muleta, y finiquitando a sus dos enemigos de sendas estocadas que levantaron al público de sus asientos y sacaron los pañuelos para pedir las orejas, que se le concedieron, una en el primero y dos en el segundo.

El madrileño Matías Tejela, ya con once años de alternativa, es un torero artista y muy dominador de los terrenos, sabiendo llevar las faenas muy acompasadas y ligadas. Pertenece en la actualidad a la casa de Simón Casas, que le está llevando esta temporada por plazas españolas y algunas francesas en las que cosecha triunfos y suma festejos en su currículum de matador de toros. Ayer, en El Tiemblo, sacó parte de su torería y demostró el buen momento por el que atraviesa, dejando lances con el capote ajustadísimos y realizando faenas de muleta ligando tandas y naturales de muy buena factura. Paseó una oreja en cada uno de sus enemigos alcanzadas a buena ley.

El novillero Francisco José Espada, madrileño actualmente apoderado por César Jiménez, entró con buen pie en la novillería y tras el debut con los del Castoreño sus actuaciones se cuentan como éxitos y está en lo alto del escalafón. Su toreo se basa en el buen manejo de las telas y la suavidad con la que corre las manos en los lances capoteriles, y al interpretar los naturales ajustadísimos y largos. En El Tiemblo, el joven Espada demostró los progresos que va conseguiendo actuación tras actuación en su carrera, hacia lograr el anhelo de ser matador de toros y llegar a ser una de las figuras en lo más alto. Obtuvo un trofeo en cada uno de sus enemigos.