La Asociación Forestal propone el uso de cajas nido contra la procesionaria

diariodeavila.es
-

El grupo, que en Ávila cuenta con 300 socios propietarios de 75.000 hectáreas, advierte de la expansión de esta plaga, especialmente en zonas de pinares, por las temperaturas más suaves

La extensión de la oruga de la procesionaria, en especial por las cálidas temperaturas que se han vivido este invierno, se está sintiendo especialmente en los pinares, lo que hace necesario buscar intervenciones para atajar la situación. Una posible solución la aporta la Asociación Forestal de Ávila, que cuenta con 300 socios propietarios de 75.000 hectáreas de terrero forestal y que tiene entre sus labores asesorar a los propietarios, que propone el uso de cajas nido para aves insectívoras para fomentar estas poblaciones como un modo  de control biológico contra la plaga de la procesionaria.

Para llevarlo a cabo la asociación de Ávila y la de Valladolid han iniciado el reparto de estas cajas nido como una alternativa. En el caso de Ávila, por el momento sólo se han entregado 20 de estos instrumentos, eligiendo la zona de Cebreros por los pinares existentes. Según explica Carlos Mantecas Alonso, técnico de la Asociación Forestal de Ávila, se ha elegido esta zona porque es «donde más ataca» debido a que «es donde más templado es el clima». Esta situación se produce especialmente en la comarca de Cebreros y también en la Moraña, mientras que en otras zonas de la provincia hay menos presencia.

Lo que sí es cierto es que tanto el pasado año como este se ha visto una expansión de la procesionaria aunque el técnico reconoce que si continúa el frío «y siguen las heladas fuertes» puede ser positivo contra esta plaga que ahora mismo parece estar beneficiándose del cambio climático. Estos suaves inviernos están haciendo que «la oruga de la procesionaria esté extendiéndose de manera preocupante por nuestros pinares» dentro de una plaga autóctona «totalmente establecida en la Península Ibérica a la que es imposible, ni siquiera recomendable, erradicar por completo. Es una plaga que raramente mata a los pinos, pero reduce el crecimiento de la masa forestal y la debilita, siendo más vulnerable a otros patógenos».

Para luchar contra ella existe el método propuesto por la Asociación Forestal de Ávila como es el fomento de la presencia de aves insectívoras como herrerillos y carboneros que se alimentan de la oruga de la procesionaria. Por eso, desde las asociaciones de Ávila y Valladolid se ha centralizado la adquisición de cajas nido para los propietarios forestales asociados.

 

Lea la noticia ampliada en la edición impresa