El encierro organizado por la Asociación de Trabajadores de las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales ha concluido con una sensación de éxito entre sus afiliados, alcanzando un seguimiento «del 70 por ciento, descartando gente que era imposible que asistiera, por otras cuestiones» según fuentes de Atbrif. En Ávila, la asistencia al encierro de la base del Puerto El Pico alcanzó «aproximadamente el 90 por ciento, con un total de 25 trabajadores».
La asociación agradece «el apoyo recibido por parte del personal ajeno a las Brif, ya que tanto compañeros de otras regiones y empresas, sindicatos o partidos políticos han apoyado nuestras reivindicaciones. Nunca pensamos que este acto tendría tanta repercusión, y damos gracias a los medios de comunicación y personas que nos han ayudado a difundir nuestro mensaje».
De nuevo la nota negativa, según el grupo de trabajadores, fue la actitud de la empresa Tragsa hacia este colectivo, aunque esto no les quita las ganas de luchar por sus reivindicaciones, ya que «somos conscientes de las posibles sanciones, leves por estar en dependencias laborales fuera de horario, pero parece que nuestras actuaciones inquietan», como demuestra para ellos el hecho de que hubiese «personas de la empresa recogiendo nombres y documentos de identidad de los asistentes al encierro». Pero pese a esta «persecución y acoso», el personal de Brif que acudió «se mantuvo firme en su condición, y no sucumbió a las amenazas».
A día de hoy, y finalizado el encierro, la empresa no se ha puesto en contacto con ellos, y han querido destacar que «las relaciones con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente son cordiales, les pedimos que se involucrasen pero en cuestiones laborales no se meten. El único problema es con Tragsa».
Ante la falta de contacto por parte de la empresa están evaluando nuevas medidas a tomar, considerando este encierro el inicio de sus protestas para conseguir las reivindicaciones que solicitan. Estas peticiones recordamos que son, el reconocimiento de la categoría de bombero forestal, la segunda actividad para el personal llegada una edad de incapacidad para realizar sus funciones al 100 por 100, y condiciones salariales dignas y acordes al puesto de riesgo que ejercen.