Una charla y una exposición ahondan en la tradición de los machurreros de Pedro Bernardo

Pilar Bardera
-

Una charla y una exposición ahondan en la tradición de los machurreros de Pedro Bernardo

Los Machurreros es un proyecto de la recién creada asociación ‘Siempreviva’, que comenzó preguntando a la gente mayor del pueblo para conocer estas tradición, cómo vestían, cuándo salían y qué hacían después de que este personaje típico del Carnaval de Pedro Bernardo desapareciera en 1937 a raíz de la prohibición franquista. El presidente de la asociación, Pedro Granado,  con la ayuda de otros miembros, socios, vecinos y  apoyo de Daniel Peces y Bernardo Calvo Brioso, elaboraron un trabajo de investigación que servirá de base para un estudio en profundidad. En ese marco, este fin de semana se celebró un acto de presentación de la mascarada y una interesante charla-coloquio donde se explicó las claves del estudio llevado a cabo para la recuperación de la tradición y la importancia de rescatar este valioso patrimonio cultural.

Participaron un equipo de especialistas venidos de toda España,  entre ellos el antropólogo norteamericano y fotógrafo documentalista Kyle Hearn, que habló del interés internacional de las mascaradas ibéricas y su impacto en el turismo; el folklorista arenense Daniel Peces, experto en tradiciones y danzas del Valle del Tiétar; y dos miembros de la Academia Ibérica de la Máscara con sede en Braganza (Portugal); el investigador y etnógrafo Bernardo Calvo Brioso, desde Zamora, autor del trabajo ‘Mascaradas de Castilla y León, Tiempo de Fiesta’, editado por la Junta de Castilla y León, y el fotógrafo etnográfico Carlos González Ximénez, que lleva años documentando las mascaradas del sur de Europa y que habló del alto valor etnográfico y el auge de las mascaradas de la región, entre las que desde ahora se volverán a situar Los Machurreros. En Ávila son dos las mascaradas recuperadas: los Cucurrumachos de Navalosa y los Zarramaches de Casavieja, a los que se sumarán desde este año los Machurreros. Por la tarde, seis Machurreros vestidos  con traje de uniforme militar, pañuelo negro a la cabeza, terroríficas máscaras de madera, cinturón armado con ruidosos cencerros, y una vara de mimbre recorrieron las calles de Pedro Bernardo para purificar a través del ruido de los cencerros y para disuadir a los espíritus.