Aparece el muro de cierre de la zona residencial de la villa romana

M.M.G.
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La última campaña de excavaciones del yacimiento romano El Vergel, la número doce, ha sacado también a la luz una ermita de cruz griega que podría datarse en el siglo VI

Aparece el muro de cierre de la zona residencial de la villa romana

 La campaña de excavación número 12 llevada a cabo en el yacimiento romano El Vergel, en San Pedro del Arroyo, y en la que se ha invertido un presupuesto cercano a los 50.000 euros está a punto de cerrarse con una nueva buena noticia: la aparición del muro de cierre de la zona residencial de la villa romana en la vertiente sur, la más cercana al pueblo. «Lo que hemos constatado este año es que parece que desde ese muro hacia el sur, hacia el pueblo, lo que encontramos son niveles residuales como desperdicios domésticos, cenizas...», comienza a explicar Rosalía Serrano, la arqueóloga responsable del yacimiento, «y hemos encontrado los vestigios de una estancia con unos hilos tallados en el sustrato natural que servía para almacenar grano con toda seguridad».

El hecho de que ese muro haya aparecido derrumbado, lejos de ser un inconveniente, ha permitido a los arqueólogos descubrir algo hasta ahora no visto en el yacimiento: cómo eran los alzados en la zona. «Tienen un cimiento de mampostería de caliza y cuarcita», los describe Serrano, «y los alzados serían combinando las piedras con encintados de ladrillo».

Aún así, la arqueóloga, recuerda que el hecho de tener la iglesia y el cementerio del pueblo tan cerca continúa impidiendo «tener una visión del extremo oeste».

Durante la visita de ayer del presidente de la Diputación, Agustín González, y el profesor Emilio Rodríguez Almeida, experto en urbanismo romano, se habló también sobre el segundo gran descubrimiento llevado a cabo en esta campaña: el de una ermita con planta griega al final del largo pasillo con mosaico descubierto en campañas anteriores, algo nada infrecuente en este tipo de yacimientos, como reconoció la arqueóloga. «Lo que ocurre es que cuando acaba el uso residencial de la villa, se establecen sobre ella enterramientos o edificios de culto», apuntó la arqueóloga.

Se trata de un edificio de carácter religioso datado probablemente entre los siglos VI y VII «con fosas simples talladas en el sustrato natural» o construidas con grandes piedras, lo que hace pensar que «debían ser tumbas monumentales».

Próximas campañas. Según comentó la arqueóloga de la empresa Foramen, lo ideal sería que la próxima campaña continuará centrada en la zona cercana al recién aparecido muro de cierre. «Es una zona muy interesante y todavía queda espacio por excavar», dijo, y habló también de la importancia de las inmediaciones de la ermita, «porque hay habitaciones que encontramos en una campaña anterior y que se quedaron sin delimitar».