Aprendices de forestal

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El Programa Dual se ha transformado en la localidad de El Tiemblo en el taller 'El Castañar' donde ocho alumnos aprenden sobre trabajos forestales y jardinería aprovechando los espacios que existen en esta localidad

Aprendices de forestal

Entre alumnos y aprendices de forestales encontramos en El Tiemblo a los ocho participantes del programa dual de formación y empleo que en esta localidad se ha traducido en el taller ‘El Castañar de El Tiemblo’  sobre trabajos forestales y jardinería.

El aspecto formal de este programa es fácil de explicar. Se trata de un taller en el que los alumnos reciben clases teóricas y prácticas desde diciembre hasta agosto durante 7,5 horas al día y con una retribución del 50 por ciento del salario mínimo interprofesional.

Pero debajo de esta fría definición se esconden ocho historias diferentes, personas que por variados motivos, pero todos unidos por estar en paro, han podido participar en este programa que les da la posibilidad de aprender una nueva profesión, a la vez que conocen a compañeros con los que disfrutar de sus jornadas de lunes a viernes.

La monitora de El Tiemblo, Miriam Jiménez, explica que comenzaron con cuatro hombres y cinco mujeres, aunque un cambio hace que ahora haya una mujer menos y un hombre más. En este caso, aunque uno de los requisitos es ser mayor de 25 años, el grupo se podría dividir en dos partes, los que se encuentran cerca de esa edad límite y los que están entre los 40 y 45 años.

Todos ellos, explica, tienen especial interés por la parte práctica, una explicación fácil de comprobar en el lugar de trabajo donde todos se muestran dispuestos a utilizar la motosierra, que en esa jornada era la protagonista. Igual sucede cuando los monitores (el segundo de ellos es Rodrigo Sáez) comentan que es un buen grupo de trabajo dispuestos a todo, lo que también se puede ver a simple vista por el interés mostrado en cada parte del aprendizaje.

Durante los meses en los que se desarrolle este taller, los alumnos tendrán la oportunidad de aprender diferentes técnicas, ya que las labores incluyen trabajos selvícolas en el monte de utilidad pública, por ejemplo en zonas de pinar, aunque destaca la labor que se está realizando en El Castañar.

Allí están aprendiendo a hacer desbroces, clareos... y otros tipos de trabajos forestales que hacen que, por ejemplo, se esté limpiando el Castañar de elementos secos que además se pueden utilizar para la caldera de biomasa con destino al auditorio, el centro de salud o la piscina.

Además, los alumnos aprenden a plantar, por lo que su contribución al medio ambiente es aún mayor.

El planteamiento del taller también incluye una parte dedicada a la jardinería, por lo que actuarán en el mantenimiento de los jardines del pueblo, lo que derivará también en el aprendizaje de nueva maquinaria y herramienta.

Aunque esta parte práctica sea de más agrado para los alumnos, lo cierto es que no hay que desdeñar la teoría, ya que también ella contribuye a que cuando finalicen la formación puedan contar con un certificado de profesionalidad que quizá ayude a alguno si decide realizar un módulo. Esta intención es la que ha hecho que en esta ocasión fuera necesario tener la ESO para acceder al programa.

Distribución. La distribución de las horas de ‘clase’ suele entrañar que hasta las 11,00 horas se trabaje en la teoría para después intentar «hacer algo práctico cercano al pueblo» o trabajar en el almacén, por ejemplo con el aprendizaje o limpieza de las herramientas. Eso sí, los días que deciden subir al monte (normalmente dos jornadas por semana) aprovechan para pasar allí todo el tiempo para que resulte de mayor utilidad.

Una idea que sin duda recibe la aprobación de los alumnos, que muestran su buena disposición a la hora de estar en el monte. Entre ellos encontramos por ejemplo a Samuel Yagüez que explica que lleva tres años parado y por eso cuando supo del taller se apuntó. Ya con anterioridad ha trabajado en labores relacionadas con jardinería y de la campaña de incendios y ahora tiene la posibilidad de tener una formación mayor.

Por su parte, dos de las mujeres del curso, Elena Morales y Beatriz Arnau, estaban ejerciendo de amas de casa y ahora pasan el tiempo entre árboles y clases. Una buena elección para ellas, ya que se ve cómo se convierten en unas auténticas profesionales.