El novillero mejicano Leo Valadez, en el primer novillo tuvo calidad con el capote. En la muleta, el novillo se lució por el pitón derecho. Con un poquito de escasez, pero a base de tesón y mando, logró sacar tandas muy buenas y de calidad a pesar de que el novillo se le venía al pecho con mucha facilidad y peligro. Mató de estocada caída y golpe de descabello con el que acabó con su oponente. En su segundo, faena valiente y con arrimón, que le costó un revolcón. A pesar de ello, demostró maneras. Mató de estocada, lo que le valió las dos orejas y, por tanto, la puerta grande.
Joaquín Galdós sacó unos lances de recibo muy toreros y con la muleta extrajo lo bueno que tenía el de San Román dentro, a base de hacerlo en cada tanda en los primeros tercios de la faena y en los momentos precisos para que mostrara ese fondo que tenía el animal. Mató de estocada trasera y golpe de verduguillo.
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