A mediados de enero la caída del precio del barril de petróleo se traducía en buenas noticias para los consumidores, que por primera vez desde principios del 2010 podían adquirir el litro de diésel rondando el euro e incluso ligeramente por debajo de éste. Sin embargo la alegría de los conductores apenas duró debido al repunte experimentado en las últimas semanas por el precio del barril de crudo que ha hecho no sólo que se rompa la tendencia bajista en la que se encontraban los valores de los carburantes sino que el precio final que los consumidores pagan por los mismos se encarezca de forma sustancial. Tanto es así que mientras que el pasado 16 de enero la estación de servicio de la capital abulense con los precios más económicos ofrecía el litro de diésel a 0,97 euros, ahora, y según el Ministerio de Industria, la más ‘barata’, de reciente inauguración, lo hace a 0,999, lo que supone un incremento del 3 por ciento. Mayor es el incremento de precios si de lo que se trata es de comparar el litro de diésel más elevado, ya que mientras que hace un mes la gasolinera con el gasóleo A más caro lo ofrecía a 1,079 euros ahora las dos que lo venden más elevado lo hacen a 1,189, lo que supone un incremento del 10,19 por ciento.
El hecho de que el precio del gasóleo se haya incrementado más en aquellas estaciones de servicio que ya lo ofrecían hace un mes más elevado estaría relacionado, apunta José Manuel Terceño, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Ávila, con el hecho de que las que lo ofrecen más barato, y ahora lo siguen haciendo, lo hacen porque «venden muy por debajo del precio de coste» y con «políticas comerciales muy agresivas que sólo buscan captar clientes», lo que, señala el empresario, podría tratarse de «dumping», que es una práctica «ilegal, excepto por liquidación».
Al igual que ha ocurrido con el diésel, y también a consecuencia de la subida del precio del petróleo, se ha incrementado en el último mes el precio de la gasolina 95 sin plomo, de tal modo que si hace un mes en la capital abulense era posible adquirir el litro por 1,059 euros-que era el precio más económico a 16 de enero-ahora no es posible encontrarlo por menos de 1,090 euros, lo que supone un aumento del 2,93 por ciento en el caso de los precios más económicos y hasta del 15,33 por ciento en el de los más elevados, ya que hace un mes el litro más caro se vendía a 1,109 euros y ahora a 1,279 euros. Asegura Terceño que «las estaciones de servicio somos el último eslabón de la cadena y repercutimos subidas y bajadas en la misma forma que lo hacen las petroleras», destacando además que independientemente de que el petróleo suba o baje «los márgenes de las estaciones de servicio están muy ajustados y siempre suelen ser iguales». De ahí que critique una vez más esa política de precios «muy por debajo del precio de coste» que realizan ciertas empresas que además, asegura, ofrecen un producto que «aunque sí cumple unos mínimos, no ofrece el mismo rendimiento que los carburantes que ofrecemos el resto de empresas».
efecto ‘cohete’. Al hilo del incremento de precios, y en respuesta a las críticas de la Organización de Consumidores y Usuarios, que asegura que las subidas del precio del petróleo se incorporan de forma inmediata al precio del carburante mientras que las bajadas lo hacen de una forma mucho más pausada, Terceño da la razón a la OCU y reconoce ese efecto ‘cohete’ y ‘pluma’ en las subidas y bajadas cuya responsabilidad atribuye a las petroleras. «Cuando el precio del crudo sube las petroleras aplican la subida de forma más rápida a cuando baja, ya que a veces se hacen las remolonas durante dos o tres días», afirma.
Lea la noticia ampliada en la edición impresa