Apenas cinco horas después de terminar el Vía Crucis de Penitencia, los actos de la Semana Santa se trasladaron a la iglesia de San Ignacio de Loyola, templo que un año más acogió el Sermón de las Siete Palabras, el acto religioso donde se recuerdan las últimas palabras que Jesús pronunció en la Cruz. En esta ocasión el encargado de invitar a reflexionar sobre la Pasión de Jesús y sobre el sentido del Cristianismo fue el padre Vicente Mundina Balaguer, conocido también como ‘el cura de las plantas’ y muy popular en los años 80 gracias a su intervención en diversos programas de radio y, sobre todo, de televisión. Sin embargo, en esta ocasión el discurso de Mundina estuvo muy alejado de la botánica, ya que de lo que se trataba era de glosar las últimas de enseñanza de Jesús antes de morir que, dijo, “sintetizan toda su vida evangélica” y “concretizan toda su doctrina”.

Así, empezó el conocido sacerdote con el “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”  y una llamada a los fieles a perdonar porque, dijo, “perdonar es llevar a su máxima expresión el amor”. Tras esta invitación al perdón, “algo nada fácil”, aseguró, pasó el popular sacerdote a reflexionar sobre “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” y sobre la importancia de la familia. “He dedicado más de la mitad de mi vida a los niños sin padre ni madre”, recordó Mundina a los fieles congregados en el templo, para después incidir sobre la importancia de la familia y la educación, momento en el que por primera vez en su discurso el predicador mostró su emoción. Pero no sería la única, ya que durante todo el sermón el padre Mundina dio muestra de una gran sensibilidad, tanta que en algunos momentos tuvo que interrumpir su discurso para secarse las lágrimas. Así ocurrió con “Mujer, aquí tienes a tu hijo”, momento en el que recordó emocionado a las madres que pierden a sus hijos.

Sermón de las Siete Palabras en la Iglesia de San Ignacio de Loyola. - Foto: David Castro

El sermón prosiguió con “Dios mío, por qué me has abandonado”, afirmando que “éste es el momento más crítico de la vida de Jesús”, para seguir con “tengo sed”, donde realizó una llamada a los fieles para “servir a los demás” y, en especial, a los enfermos.  Con “Todo está cumplido” y “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” llegaron las sexta y séptima palabra y con ellas una invitación a cumplir con nuestras obligaciones y a descartar el ojo por ojo y el diente por diente, respectivamente.

La resurrección de Jesús “nos hace libres porque la muerte ya no nos tiene cautivos”, aseguró el padre Mundina al término de su intervención en la que estuvo acompañado por las voces de la Coral Camerata Abulense y arropado por un buen número de fieles abulenses, entre ellos el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, y una representación municipal, con el alcalde de la ciudad, Miguel Ángel García Nieto, al frente.