Aprovechando la rueda de prensa posterior a la derrota de ayer del Valencia ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, Nuno Espírito Santo anunció que, horas antes del duelo, había presentado su dimisión como entrenador ‘ché’. El portugués ni siquiera esperó al partido en la capital hispalense para comunicar al dueño de la entidad, Peter Lim, su determinación de abandonar de manera inmediata el banquillo blanquinegro. Al parecer, el técnico considera que, desde el primer día de la temporada, la afición le ha dado la espalda, y que, por ello, el ambiente es irrespirable para jugadores y preparadores. Este extremo, sin embargo, no fue confirmado por el luso, que no quiso ofrecer más detalles sobre su determinación, a la espera de que el club ofrezca hoy un comunicado o una rueda de prensa para comentar la situación.

En cuanto al encuentro del Pizjuán, el Sevilla salió muy fuerte, con mucha intensidad y presionando bien. Así, Banega empezó a asociarse con Vitolo, el brasileño Mariano y el ucraniano Yevhen Konoplyanka, y a buscar a Llorente, mientras que el equipo visitante, muy exigido en defensa, apenas salió en ataque. Al equipo de Nuno, desdibujado y con un juego muy discreto, se le complicó más el panorama al ser expulsado antes del descanso el lateral Joao Cancelo, que vio su segunda amarilla en el 35.

Tras el paso por vestuarios, el bloque local halló el premio a su mejor juego al marcar el 1-0, tras un genial centro de Banega, a la espalda de la defensa, que el debutante Sergio Escudero mandó al fondo de la red.

Los valencianistas quisieron reaccionar e intentaron presionar más arriba, aunque sin mucha convicción, pues Alcácer era una ‘isla’ en el ataque. De hecho, no llegaron a rematar a puerta, ni fuera ni entre los tres palos, en todo el duelo.

 Mientras, los sevillistas continuaron con su pleno dominio en busca de ampliar su renta, pero no estuvieron atinados de cara a la portería levantina.