«Ibarrola en Garoza merece más repercusión»

E.Carretero
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Licenciada en Bellas Artes, entre otros muchos proyectos, esta joven abulense ha dirigido la última intervención de repintado llevada a cabo en la Finca Garoza de Muñogalindo donde el artista vasco Agustín Ibarrola dejó un singular legado

De madre zamorana y padre abulense, Lara Rubín de Célix (Ávila, 1988) es una de esas jóvenes que por decisión ha optado por quedarse en Ávila a vivir y desarrollar aquí su trayectoria profesional. De hecho, ella, como otros muchos abulenses de su generación, salió fuera a estudiar y concluidos los estudios dio sus primeros pasos laborales fuera de esta tierra, si bien después de algún tiempo decidió regresar a Ávila. Aquí ha instalado su estudio y desde aquí realiza todos aquellos trabajos que le van saliendo que, reconoce, por suerte no faltan. Uno de los últimos en los que ha participado esta licenciada en Bellas Artes ha sido en el espacio Ibarrola en Garoza, donde ha dirigido el proyecto de intervención que ha implicado el repintado de todas las piedras que entre los años 2005 y 2009 pintó en esta finca del Valle Amblés el artista vasco. No ha sido, sin embargo, la primera ocasión en la que esta artista participaba en una intervención en Garoza, donde ya estuvo en el año 2014 cuando se llevó a cabo el primer repintado de la obra de Ibarrola, si bien en aquella ocasión lo hizo ‘bajo las órdenes’ del pintor abulense Jesús Velayos que ahora le ha ‘cedido el testigo’ en este importante proyecto de puesta a punto de este espacio concebido como un museo al aire libre y como un lugar de encuentro entre el hombre, el arte y la naturaleza. «Es un proyecto muy bonito pero con poca repercusión a nivel de difusión», lamenta Rubín de Célix que confía en que el Ayuntamiento de Muñogalindo, que desde hace algún tiempo se ha hecho cargo de este espacio, junto con la Diputación de Ávila, den a esta singular exposición «el lugar  que se merece» y que tienen otros entornos pintados por el artista vasco como el Bosque de Oma.       

La intervención en Ibarrola en Garoza es sin duda una de las más interesantes y de mayor notoriedad en las que ha participado esta joven artista abulense cuya obra, sin embargo, se puede encontrar en lugares de lo más dispares. De hecho, su obra se puede ver en el Hotel Cuatro Postes de la capital abulense pero también en El Consulado de Bilbao, un nuevo establecimiento de lujo que abrirá sus puertas próximamente en la capital de Vizcaya y cuyo restaurante ha decorado con su obra Rubín de Célix, que ha creado para este espacio cuadros que recrean la actividad industrial de esta ciudad. 

 

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Las murallas, el invierno, frío…

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

La calidad de vida que tiene la ciudad.

¿Y lo que menos?

El envejecimiento de la ciudad y la falta de oportunidades para la gente joven.

Un lugar en el que se perdería

Uno de mis rincones preferidos es la Finca Güel. Aunque sea un espacio privado a veces lo abren para eventos.

Un recuerdo de su infancia

El Parque de La Viña antes de que lo talaran. Era un sitio especial.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Creo que me equivocaría eligiendo a un personaje concreto de la historia de Ávila, ya que todos como personas dejamos una huella en alguien. Lo que quiero decir con esto es que admiro varias cosas de varios personajes por diferentes causas, con lo que elegir a uno es imposible.

¿Cuál es el mayor cambio que necesita Ávila?

Empezaría con ayudas para mantener el pequeño comercio, para que no desaparezcan con tanta rapidez como está ocurriendo actualmente y un impulso de actividades culturales durante todo el año, no condensadas en un mes. Y aumentar las comunicaciones con el exterior.

¿Qué tiene que mantener?

Yo continuaría con el trabajo de crear un Ávila Accesible, ya que todavía por desgracia quedan zonas de la ciudad que necesitan cambios para hacer que la vida de muchas personas sea más sencilla.

¿Qué le parece la ciudad hoy en día?

Una ciudad preciosa con mucho partido que sacar, pero con fecha de caducidad, ya que no hay impulso en industria ni ayudas a los emprendedores, por lo que se está convirtiendo a marchas aceleradas en una ciudad sin perspectivas de futuro.

¿Cómo ve la ciudad en el futuro?

Una ciudad envejecida.

¿Qué puede aportar a la ciudad?

Yo, personalmente, intentaría embellecer zonas de la ciudad que están abandonadas para crear espacios de interés turístico en el ámbito artístico y así ofrecer algo nuevo al visitante como ya hacen otras ciudades. No solo patrimonio histórico sino también artístico urbano.