Teresa de Jesús, dama blanca

D. Casillas
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La patrona de Ávila lo es también de los ajedrecistas españoles, y como tal es una de las protagonistas de la exposición dedicada a ese juego milenario que se celebra en la Biblioteca Nacional de España en Madrid, AjedreZ. Arte de silencio.

Teresa de Jesús, dama blanca

Teresa de Jesús, monja carmelita fundadora de conventos del Carmelo descalzo, revolucionaria, escritora sobresaliente y primera Doctora de la Iglesia, entre otros muchos méritos que la han convertido en patrimonio universal del pensamiento, atesora, entre otros muchos reconocimientos, el de ser patrona de los ajedrecistas españoles, honor que le fue concedido por su excelente conocimiento de ese juego de estrategia y por convertirlo en metáfora espiritual en alguno de sus mensajes.
Por ese motivo la patrona de Ávila es una de las protagonistas principales de la exposición dedicada a ese sabio juego que se celebra hasta el próximo 27 de enero en la Sala de las Musas de la Biblioteca Nacional de España, comisariada por Eduardo Scala, quien ha donado su obra y archivo personal al Archivo Histórico Provincial de Ávila. El creador madrileño, enamorado de nuestra ciudad y de la obra de la santa, en 2001 publicó el retrato de Santa Teresa, junto al de san Juan de la Cruz, en Calcografía Nacional, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 2013 presentó en la universidad de la mística ÁVILA LA VÍA / TERESA ES ARTE (significativo juego anagramático), libro editado por la imprenta abulense MarcaM, prologado por el director del CITeS, Francisco Javier Sancho y el filósofo Ignacio Gómez de Liaño. También expuso en 2012 Silencio Mayor en el Monasterio de Santo Tomás, serie de Sacrogramas con motivo de MonArt, Arte Contemporáneo. Una de las escaleras del claustro del silencio escondía en sus contrahuellas un poema transitable dedicado a nuestra santa.

Explica Eduardo Scala que «sabida la vinculación de Teresa de Jesús con este antiquísimo juego», ya que, «además de haber conocido y practicado ajedrez desde su infancia, en su libro Camino de Perfección establece un símil entre el ajedrez y la vida espiritual». Por esa razón, añade, «entre las piezas de esta exposición, varias de ellas hacen presente a la mística abulense».
El protagonismo de Teresa de Jesús en esta exposición, que divide su contenido en cuatro grandes áreas (Hitos de la historia nacidos en la Península Ibérica. Nuestros célebres tratados. (Ilustres ajedrólogos). Espiritualidad. Libros y fragmentos de Ajedrez a lo Divino, y Grandes autores de nuestra lengua. (La infinita metáfora del juego). Teresa de Ávila, está lógicamente en el tercero de ellos, compartiendo espacio con el dominico Jacobo de Cessolis, Martín de Reyna, Alonso de Ledesma, Alonso de Bonilla y Sebastián de Covarrubias.

De la mística abulense se expone en AjedreZ. Arte de silencio, un facsímil del autógrafo del libro Camino de perfección que se conserva en la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial en un mural, texto en el que afirma, entre otras cosas, que «quien no sabe concertar las piezas en el juego del ajedrez, que sabrá mal jugar y si no sabe dar jaque, no sabrá dar mate».
También puede verse la primera edición de Los libros de la Madre Teresa de Iesus fundadora de los monesterios de monjas y frayles Carmelitas descalzos de la primera regla, que editó Fray Luis de León en Salamanca en el año de gracia de 1588, quien valientemente decidió imprimir el primer manuscrito de Camino de Perfección con el capítulo dedicado al ajedrez, que fue obligado tachar a la Santa en la segunda redacción de la obra, que actualmente se conserva en el Carmelo de Valladolid.

Teresa, abunda Eduardo Scala, «escribió alrededor de diez páginas desarrollando el tema del ajedrez como sistema oracional en su segunda redacción de Camino de Perfección, autógrafo de Valladolid, mas de pronto, misteriosamente, cortó esas páginas… Su primer manuscrito, que se conserva en el monasterio de El Escorial, nombra el ajedrez como sistema oracional. Muestra, nada más y nada menos, cómo dar jaque mate a Dios a través de la humildad, que es el Amor».