Se vieron caras de satisfacción, pero también de agotamiento entre los responsables de Repsol durante la presentación de uno de los mayores pactos empresariales del país de los últimos cinco años. «Es un buen acuerdo», subrayaban unos, pero la tensión aún quedaba en los gestos cuando recordaban «después de la noche que hemos pasado».
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, presentó en Madrid la operación a escasas horas de cerrar el pacto amistoso por el que la compañía española adquiere la canadiense Talisman Energy por algo más de 10.000 millones de euros. Una «operación transformadora» que hará que Repsol tenga actividad en 50 países y cuente con más de 27.000 empleados.
Pero si algo ha supuesto el acuerdo para el líder de la compañía, como él mismo reconoció durante el acto, es que se ha quitado ese mal sabor de boca que le dejó la expropiación de YPF por parte de Argentina. «No hay ningún rencor» matizó el máximo directivo, pero «sí» que ha endulzado esa sensación amarga que le quedó.
«Una vez expropiados, decidimos una estrategia muy consistente en cómo recuperar lo nuestro», reconoció el presidente. Algo que estuvo en todo momento convencido de que iba a conseguir por lo que se pusieron manos a la obra para buscar el mejor destino para ese «lo nuestro». Tanto es así que el dinero recuperado por la expropiación de YPF ha servido para acordar esta compra: «si no lo hubiéramos tenido no lo hubiéramos podido hacer», determinó.
Aunque la operación conlleva un compromiso de desinversión de 1.000 millones de dólares en un plazo de 12 meses, «un 2% del total de activos que tenemos», aclaró el consejero delegado del grupo, Josu Jon Imaz, ante lo que avanzó que «no tenemos prisa por desinvertir» esos cerca de 800 millones de euros. Pero el momento también ha influido en la operación, o al menos en su precipitación. «Es un buen acuerdo en el instante adecuado», subrayó Imaz. «En los últimos tres meses hemos visto caídas del precio del crudo muy relevantes», ya que ha pasado de 110 a menos de 60 dólares. Un acontecimiento que ha tenido un fuerte impacto, según relató Brufau, en compañías con un alto nivel de deuda o empresas con ingresos inferiores a las necesidades de inversión, «caso Talisman», resolvió, lo que provocó que sus acciones cayeran de 9 dólares a poco más de cuatro, por lo que la negociación en el último mes se ha hecho «de una forma más acelerada».
El acuerdo consiste en la compra de Talisman Energy por un importe de 6.640 millones de euros, pero también en la asunción de la deuda de otros 3.760, lo que eleva la operación a 10.400 millones.