No solo nos hemos ocupado de la economía

Israel García-Juez
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El ministro Soria recuerda que en España tenemos una de las legislaciones medioambientales más garantistas del mundo

Soria está enfrentado a todos los sectores sobre los que gobierna, eso es ¿bueno o malo? / Fotos Juan lázaro - Foto: JUAN LAZARO

Difícil es encontrar un ministro que tenga en contra todas las áreas que le competen y más ahora que están pluriempleados. Tachaaaán, yo se lo presento. José Manuel Soria, titular de Industria, Turismo y Energía reúne estas condiciones a las que sumamos el mucho cariño que le tienen en su Canarias natal. 
Y es extraño, porque hablamos de un Técnico Comercial del Estado, no muy hablador y siempre muy elegantemente vestido (quizá porque en el pasado fue consejero de Inditex). Cosa distinta es si este enfrentamiento con el mundo va en el sueldo o si es buena o mala cosa, pero es de hablar y que alguien le matice. Ayer sin ir más lejos, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, aclaró quien tiene la culpa de que la gasolina no baje más de precio en España, pues según dijo, está altamente cargadita de impuestos.
Cada día es un afán, reza el refrán, y me dirigí al Hotel Hesperia (sí señor, aquél que convirtieron los jugadores del Barça en Sodoma y Gomorra una noche después de un partido, antes de que se computaran las prostitutas como parte del PIB español) para escuchar a este miembro del gabinete en un desayuno informativo organizado por Europa Press. Como sagaz informador transmití en forma de pregunta esto que les planteo a ustedes: ¿Cómo se puede estar enfrentado con todos los sectores que pastorea? pero mi pregunta se quedó en el mismo cajón en el que se guardaban los informes de los inspectores del Banco de España sobre Bankia. Al salir del desayuno al alto comisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, le pregunté por qué no se había aceptado mi pregunta, a lo que respondió con su ironía anglosajona: «supongo que para no estropear el espíritu navideño».Y era mucho, pues vi al presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, con una gorra de marinero propia de la Puerta del Sol a las 00,05 horas del 1 de enero de 2015. 
Del ministro Soria les diré que se le notaba que acababa de cenar la noche antes con Rajoy, pues recordaba que no solo se han ocupado de la economía española, sino de multitud de problemas heredados, pero quizá no han sabido explicarle a la gente lo que hacían. Nada mejor que la proximidad de unas elecciones para que el político de turno se vuelva más didáctico, y además, siempre hay que echarle la culpa al departamento de comunicación y, en su ausencia, a los periodistas en abstracto. 
Tras contar por enésima vez cómo se encontró el país el PP y cómo va camino de dejarlo, recordó don José Manuel que tenemos una dependencia energética del 99%, y que pagamos todos los años 37.000 millones de euros de factura por energía y que, por tanto, y al margen de la bajada del petróleo, España tiene la obligación de buscar oro negro en su territorio y ser ayudado por la UE para interconectar mejor el Viejo Continente para no depender tanto del oso ruso. «Metafísicamente es imposible que un país con la energía cara sea también competitivo» sentenció y tiene razón. 
También ayudaría una chispa, señor ministro, que se bajaran las cotizaciones sociales a las empresas, los impuestos con los que nos brean y demás, pero ellos solo se fijan en lo que quieren. Para los más ecologistas tranquilizó afirmando que nuestra legislación medioambiental es de las más proteccionistas del mundo occidental, pero hay que compaginar el mix de respeto por el planeta con nuestro modelo industrial, pues si no caemos en la pobreza y el desempleo. Ante un foro de gente de su cuerda, pero que le miran con recelo, concluyó sus palabras afirmando: «España tiene una historia de éxito que compartir con el mundo» que fue lo que dijo el primer ministro australiano Tony Abbott en la reciente cumbre de países G20. 
Ningún miembro del Gabinete acompañó a Soria en este encuentro, quizá porque estaban todos de resaca tras bailar horas la conga en la fiesta que el lunes dio el PP en Madrid a sus puntales. Sí que vimos gente de la tercera fila como Jaime Pérez Renovales (renovables hubiera pegado más para este encuentro), subsecretario de Presidencia o Alfonso de Senillosa, director general de Seguridad Energética. Sí que estaba Esperanza Aguirre, que últimamente se encuentra sumida en un road show constante, parecido al de Pedro Sánchez, para que la elijan candidata a la Alcaldía de Madrid. 
El vicepresidente de Anfac, Mario Armero, parecía muy feliz a pesar del ministro pero a medio desayuno se marchó pues ya había escuchado suficientes cosas. Carlos Chaguaceda, celebraba su primer encuentro como dircom de la patronal eléctrica Unesa y aplaudió el contundente desayuno que se ofreció al respetable: cecina en dados (él es de León) y barquitas de burrata. 
Supongo que nos quieren preparar para las primeras Navidades sin crisis, me malicio yo. Ningún reto gastronómico es pequeño para el gran Santiago de Ybarra, de Vocento, mientras que Baldomero Falcones, expresidente de FCC, tras lo que llaman los ingleses un quiet period, decidía volver al ruedo madrileño a desayunar por la patilla y reencontrarse con viejos colegas que le pueden dar un buen acomodo en algún consejito o algún negociete ahora que en España parece que todo vuelve a crecer. Veremos si esto es así o no, ahora que vamos a poder disfrutar de cinco canales más de TDT.