Nada que ver la noche electoral que vivió el Partido Popular en la noche de este domingo con la de otras elecciones. No hubo foto de victoria a pesar de que los populares volvieron a ser los más votados de la provincia, pero la pérdida de la mayoría absoluta en la ciudad empañó un triunfo que apenas se celebró. El discurso del presidente provincial, Antolín Sanz, sólo se saludó con aplausos a la conclusión, y ni siquiera el ánimo del candidato a la Alcaldía, José Luis Rivas, pudo animar a un auditorio que durante toda la tarde asistió con caras largas al conteo de votos, especialmente en la ciudad.
Sólo en el primer escrutinio de la candidatura a las Cortes, que daba al PP cinco procuradores, que luego se recortaron a cuatro, levantaron aplausos entre los asistentes, que también saludaron algunas victorias en alcaldías de la provincia.
Pero no hubo más signos de alegría. Al filo de las doce menos diez de la noche llegaba la comparecencia ante la prensa de Antolín Sanz, Alicia García y José Luis Rivas, después de casi una hora de reunión del núcleo fuerte del partido, diseñando las líneas de un discurso que José Luis Rivas explicó mejor que nadie al reconocer que «voy a ser el próximo alcalde de esta ciudad», sí, pero «no son los resultados esperados. Está claro. Nosotros esperábamos otra cosa porque tenemos vocación de gobernar porque este partido así lo tiene siempre».
«Somos un partido dialogante»
Y los nueve concejales le dan el triunfo en el Ayuntamiento de Ávila, pero se queda a cuatro concejales de la mayoría absoluto, una mayoría que ahora tendrán que negociar. Lo sabe Rivas que ahora tiene que «trabajar y consensuar con otras fuerzas políticas en un escenario completamente diferente en el que tendremos que hablar y dialogar», algo que no parece asustarle demasiado porque «creo que tanto el partido como yo somos dialogantes».
El candidato del PP a la Alcaldía ya tendió la mano a las otras cinco fuerzas políticas que completarán un panorama completamente inédito en el Consistorio abulense, al asegurar que «quiero hablar, pactar y dialogar, y seguramente lleguemos a esa concertación necesaria para que la ciudad se pueda gobernar».
De ese diálogo no descarta a nadie. «Yo hablaré con todo el mundo. No haré distinción con nadie y hablaremos con todos», apuntó Rivas, que después de reconocer que «salimos con las perspectivas mejores», ahora se enfrenta a que «los resultados son los que son y a partir de ahora hay que mirar hacia adelante, dialogar y estudiar», con la convicción de que «tenemos cuatro años por delante para reflexionar y para hacer cosas mejor de lo que las hemos hecho, porque de los errores se aprende».