Entre la esperanza y la nada

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'Perdidos en nunca jamás' cerró la XXVIII Muestra de Teatro Ciudad de Ávila

Peter es un joven que ni estudia ni trabaja, Wendy ha tenido que volver a casa tras perder su trabajo de periodista y Garfio es un profesor desencantado que ahora regenta un bar donde se reúnen (y a él le gusta) chicos sin esperanza, aquellos niños perdidos. ‘Perdidos en nunca jamás’ llevó hasta la muestra de teatro de Ávila una obra en la que se mezclaron deseo y realidad, esperanza y nada y donde el protagonismo es para Wendy, que lucha contra el desempleo y no está dispuesta a renunciar. Peter nunca ha luchado por nada.

Es una historia sin buenos ni malos, es la historia de una generación perdida que lucha entre emigrar o no hacer nada y que tienen un futuro tan vacío como el escenario de una obra donde la imaginación tenía mucho que decir.

Y se decía mediante los personajes, sus canciones y sus palabras. Se decía con cada uno de sus gestos, con las hadas en las que hay que creer para que no se mueran. Se decía con el público a quien se permitió usar el móvil para hacer fotos y para entrar en las redes sociales. Se decía, en definitiva, con palabras que no se pronunciaban, con el poso que quedaba en saber que hoy en día también hay niños perdidos.

Con esta historia se puso punto y final a la XXVIII Muestra de Teatro Ciudad de Ávila que durante este mes ha ofrecido a los abulenses doce representaciones en las que los asistentes han podido sentir las diferentes emociones que han escenificado los actores. Con ello, el mes de noviembre volvió a acercar a la ciudad al mundo de teatro, ya toda una tradición que no parece tener intención de desaparecer.