La planta abulense de Nissan es «un ejemplo de cómo en momentos de crisis se ha apostado por la innovación en forma de mejora continua». Así lo aseguró el director de la factoría de Ávila, Álvaro Vidal, en una conferencia que ofreció en el seno del Instituto Multidisciplinar de Empresa (IME) de la Universidad de Salamanca (USAL) en la que explicó cómo durante los últimos años y a pesar de la crisis económica, que ha afectado de forma especial al sector del automóvil, la fábrica abulense ha conseguido mejorar su competitividad y cómo ello se ha conseguido «aprovechando los recursos disponibles en soluciones que aportaban valor a sus procesos, lanzando nuevos productos mientras se lograban acuerdos de flexibilidad laboral pioneros en el sector ante la caída de la demanda de los mercados».Destacó también que «la competitividad no pasa sólo por la reducción de los costes de fabricación», sino más bien por la gestión de los costes que haga que el producto sea sostenible durante su ciclo de vida, apuntando que la competitividad «requiere la convergencia de la estrategia industrial con la del producto, donde el coste se mida en términos de TdC (Total Delivery Cost); es decir, el coste total de entrega del vehículo desde su diseño hasta su puesta en el mercado», de tal forma, apuntó Vidal, que «se trabaja por la sostenibilidad del producto durante su ciclo de vida». Lea la información completa en la edición impresa