El Ayuntamiento de Narros del Catillo lleva dos año empeñado en poner en valor los restos del basamento del Castillo que le da nombre. De tal manera, el alcalde de la localidad, Enrique López Ruíz, emprendió el pasado año 2012 un proyecto consistente en la creación de un centro cultural aprovechando los muros de piedra de este singular resto arquitectónico, que formas parte del patrimonio del municipio y que había caído casi en el abandono. Así, donde allá por el siglo XVI estuviera la Cilla, espacio en el que la iglesia guardaba los diezmos, se ha levantado un muro más de mampostería y se ha construido un centro de usos múltiples de unos 130 metros cuadrados y que cuenta con tres utilidades bien diferentes. Por un lado, se ha creado una biblioteca municipal que irá llenándose con donaciones y con el regalo que Sus Majestades los Reyes Magos aportarán el próximo día 5 de enero por la noche, momento en el que se inaugurará el centro de manera oficial aprovechando tan ilustre visita.

Además, el centro cuenta con una pequeña sala de exposiciones itinerantes que contribuirá a dinamizar la vida cultural de la localidad morañega. Finalmente, las obras de rehabilitación han contemplado la creación de un auditorio con espacio para unas 80 personas.

La Cilla, nombre que adquiere este edificio cuyas obras acaban de finalizar y han estado dirigidas por el arquitecto Francisco Albert, viene a recordar el uso que el solar tuvo en la historia, compartirá usos con la iglesia del pueblo tal y como ha contado a esta redacción el regidor municipal.

Para los trabajos de recuperación, que se han llevado a cabo en dos fases, una de levantamiento de la piedra y la mampostería y otra de construcción de la cubierta, se ha empleado la cantidad de 112.000 euros, financiados por Adrimo (fondos europeos) en un 80 por ciento mientras que el resto lo ha aportado el propio Ayuntamiento de Narros del Castillo. Cabe destacar, de entre las tareas que se han acometido, la creación de una cubierta a cuatro aguas que incorpora un artesonado muy interesante que aporta calidez y un atractivo singular.

La Cilla está lista para comenzar a tener una vida útil, por lo tanto, a partir de la mágica noche del cinco de enero próximo. A partir de ese momento se convertirá en todo un emblema para el pueblo.