Las pinturas de Ibarrola han recibido casi 2000 visitas desde el 29 de septiembre

David Casillas
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El museo al aire libre de la dehesa de Garoza, que abre sus puertas todos los días de la semana excepto los lunes, ofrece el disfrute de 115 de las obras creadas por el artista vasco

 
Casi 2000 personas han pasado por la dehesa de Garoza de Muñogalindo para visitar las pinturas que sobre un centenar largo de piedras ha realizado allí Agustín Ibarrola desde que este singular museo al aire libre abriese sus puertas al público el pasado 29 de septiembre, una cifra que los responsables de este espacio cultural consideran «muy satisfactoria», según informó Mayte Jimeno, técnica de turismo de ese Ayuntamiento del Valle Amblés.
De las más de 150 rocas que Ibarrola singularizó con su genio son 115 las que forman el circuito visitable creado en Garoza, una colección pictórica al aire libre que ocupa dos hectáreas de superficie y que al interés de ser obra de uno de los más grandes artistas españoles de las últimas décadas suma el enorme atractivo de tener como marco un espacio natural de singular belleza que ayuda, y mucho, a disfrutar del arte allí levantado.
El tiempo para recorrer el centenar de pinturas con margen para empaparse de ellas sin prisa ha sido estimado entre una hora y media y dos horas, pero, explica Mayte Jimeno, hay visitantes que disfrutan tanto del conjunto artístico-natural que «se pasan aquí muchas horas». 
La inmensa mayoría de los visitantes de este espacio singular, que tienen sus principales puntos de origen en Madrid y el País Vasco, coinciden en el comentario de que este museo al aire libre «les ha gustado mucho» y que «salen de él encantados»; nadie hasta ahora, manifestó con satisfacción la técnico de turismo de Muñogalindo, «ha salido decepcionado de su recorrido por Garoza, ni los que vienen con altas expectativas ni los que lo hacen con un cierto escepticismo, y lo disfrutan tanto mayores como niños».
La visita a este conjunto de piedras que AgustínIbarrola pintó entre los años 2005 y 2009 para poner de manifiesto la inveterada relación del hombre con la naturaleza, y que tiene un evidente paralelismo con su célebre ‘Bosque de Oma’ –un conjunto de árboles que pintó en el País Vasco entre 1982 y 1985–, puede realizarse de martes a sábado de 11,00 a 18,00 horas en horario ininterrumpido, y domingos y festivos de 10,00 a 14,00.
El precio para poder realizar la visita a este museo entre encinas y berrocales que a nadie deja indiferente es de cuatro euros, coste que se reduce a la mitad para mayores de 65 años y titulares del carné joven, y que se queda a cero para menores de doce años y personas que sufran algún tipo de discapacidad.
Con esos excelentes datos en la mano, Mayte Jimeno comentó que «siendo muy buena la experiencia de estas primeras semanas esperamos ir a más conforme el proyecto vaya siendo más conocido», una consolidación que esperan que sea inmediata, contando siempre con ese magnífico aliado que es para el arte de Ibarrola el bosque de encinas que lo acoge, y que aunque está especialmente hermoso en primavera despliega sus encantos durante todo el año.